martes, febrero 26, 2008

Sobre dioses y demonios

Y de repente llega un día en el que aquello en lo que creías se desmorona por completo. La caída no es el final, al contrario, es el impulso para continuar hacia otro comienzo posible. ¿Qué queda tras el derrumbamiento? Re-hacer-se.

Continúo con Buber...

“Un día, así lo relata el brahmán de las Cien Rutas, entraron en conflicto dioses y demonios. Entonces dijeron los demonios: “¿A quién podemos ofrecer nuestras ofrendas” Y depositaron todas las ofrendas en sus propias bocas. Pero los dioses depositaron las ofrendas los unos en la boca de los otros. Y entonces Pradschapati, el protoespíritu, se entregó a los dioses” (Martín Buber, Yo y tú, 1998, p. 57)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que es una reflexión muy bonita y profunda. A veces uno se ve forzado a re-hacer-se porque el mundo en el que vive se desmorona...no ha sido su elección.No sé si es mejor que esa caída sea lenta o rápida, yo hoy prefiero que sea rápida. No me gusta ver como aquello por lo que he luchado y en lo que he creído desaparece lentamente. Odio las agonías.Pero en cualquier caso, hay que mirar siempre hacia delante y... "si se hunde el mundo que se hunda, Navarra siempre pá-lante".
Lerrux

Pedro Jesús Teruel dijo...

¡Qué importante es esto que se está escribiendo aquí! No puedo evitar pensar que este tipo de ocasiones -el ocaso de proyectos vitales queridos- son una oportunidad para que nos trascendamos. Para darnos cuenta de que no habitamos en las cosas, de que el sentido no nos los dan las cosas; ni siquiera los proyectos. De que es necesario habitar en una morada más segura. Este concepto ("habitar") aparecía en el post anterior, en relación con tu reflexión de Buber sobre el amor. Hace poco, una alumna me envió una frase que había leído en un libro y que le había llamado mucho la atención: "el alma se pone en las cosas, pero no está en las cosas". ¡Qué importante sería poder vivir así, desde dentro, acogiendo lo que sucede, implicándose en todo pero con total libertad interior!

Leo García-Jiménez dijo...

Sin duda, lo mejor de este blog son los comentarios que me hacéis... Cuánta buena gente :-)

Lerrux, efectivamente, siempre hay que mirar hacia adelante.Pero no sabria decirte si prefiero un derrumbamiento rápido o agonioso... Al menos con el segundo tienes tiempo vital para encajar el cambio.

Y, Pedro, estoy completamente de acuerdo contigo. POner el alma en las cosas, acoger lo que sucede, sin servilismos... La realización personal no está en la cosificación (esto es mío, me pertenece, es mi objeto), sino en la trascendencia. Es preciosa esta idea...

Gracias de nuevo!

Anónimo dijo...

“Agonía, siempre agonía...”. (Lorca).

‘Agonía’. Etimológicamente, ‘lucha’.
‘Protagonista’, ‘el primero en la lucha‘.

Leo, a ver si hacemos un intercambio: yo te dejo a Kierkegaard y tú me prestas a Buber (creo que es un buen cambio). Cada vez que leo algo sobre el caballero de la fe o el loco del padre de Sören, me acuerdo de Torquemada, pero cuando se pone prosaico me emociona. Además, era adicto a la anfibología y el pseudónimo, y eso me toca en lo profundo.


En otro orden de cosas...
Un profe de Metafísica me explicó que hay una diferencia "más o menos" grande entre ‘trascendental’ y ‘traNscendental’. Según él, la primera acepción habla de todo lo que atañe a la Ontología, es decir, pensar en TODO lo que ES. Sin embargo, ‘traNscendental’ sería aquello que trata de sobrepasar los límites de la experiencia para pensar más allá (en sentido kantiano), es decir, que no lo aprobaría Parménides.
No sé si esta explicación viene en el Ferrater Mora (aún no tengo ese tomo), por lo tanto, todavía no sé si es del todo correcta. La R.A.E no la reconoce, pero como la hacen literatos, pues tampoco es la Biblia.

Lo digo porque no termino de entender el significado de todo lo escrito por aquí... No sé si soy imbécil o es que sois poetas (¡) -cosa bonita, por otra parte-.

El caso es que cuando leí a Pedro Jesús Teruel , "una oportunidad para que nos trascendamos", entendí algo así como espiritual o religioso. (Cualquier cosa que esto signifique).

Pero cuando te leí a ti, Leo ("la realización personal está en la trascendencia"), entendí la frase en el sentido de una oportunidad para re-pensarnos desde la totalidad, para replantear el sentido y significado de lo que somos (cualquier cosa que todo esto signifique). Sólo después podríamos pensar que el significado de nuestra existencia está en Dios, con lo que TRASCENDIENDO TRANSCENDERÍAMOS (¡), pero a posteriori de trascender (cualquier cosa que todo esto signifique).


Vamos, que tengo un lío muy grande con vuestras intenciones lingüísticas y, como tiendo a pensar que no soy del todo imbécil, me acordé de mi amigo Humpty Dumpty:

“Humpty Dumpty sat on a wall.
Humpty Dumpty had a great fall.
All the king's horses and all the king's men
Couldn't put Humpty together again”.

“Humpty Dumpty se sentó en un muro.
Humpty Dumpty cayó y se dio un hostión muy duro.
Todos los caballos y caballeros del rey
No pudieron unir a Humpty otra vez”.

JAJAJAJAJA!! Esto tiene dos sentidos (anfibología). MUUUY PROFUNDOS!!!

Es un acertijo inglés muy antiguo que se decía a los niños, pero, al parecer, ya no se usa porque todo el mundo sabe la respuesta... Humpty Dumpty es un HUEVO! La moraleja (infantil) es que una persona (humana, jejejeje!) se levanta cuando cae porque puede curar los daños de una caída (es HUMANO), el problema lo tiene Humpty porque es un poco... HUEVO!, jejeje!. Esto sí es algo bonito para enseñar a un niño y no las nanas españolas llenas de ‘Cocos’, con las que el niño crece lleno de miedos irracionales como ‘el fuego eterno’ y ‘los masones’, ‘la inmigración’ y todas esas cosas que podríamos llamar ‘Cocos’ para mayores.
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De este tema sabía algo el gran Lorca -que abría este comentario que se me está yendo de las manos-. Si escribes en Google “Lorca conferencia las nanas infantiles”, y lees la primera entrada, puedes escuchar la ‘Nana de Sevilla‘, con letra y música de Lorca, pero interpretada por el guitarrista Narciso Yepes (lorquino ilustre) y cantada por la mezzosoprano Teresa Berganza. ¡Se te pone el alma de gallina!
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Bueno, a ver, lo de Humpty Dumpty , que se me va... Leo! Aquí va una revelación por si aún no lo has pillado: ¡tú no eres un huevo! ;D. Lo del: “derrumbamiento rápido o agonioso...”, eso son tonterías pseudo-poéticas. ¡Levántate y anda!

El segundo sentido de Humpty Dumpty es aún más interesante. En ‘A través del espejo y lo que Alicia encontró allí’, Charles Lutwidge Dodgson, cuyo pseudónimo(¡) era Lewis Carroll, imagina un diálogo entre Humpty Dumpty y la pequeña Alicia. (Se puede encontrar en Google escribiendo “cienciascognoscitivas a través del espejo“). El diálogo es una reflexión encubierta sobre el lenguaje y la comunicación. Más precisamente sobre la posibilidad o imposibilidad de un LENGUAJE PRIVADO (¡).


Humpty Dumpty le dice a Alicia un montón de sin-sentidos. Por ejemplo:

HD: ¡Esto es gloria para ti!
Alicia: No sé qué quiere decir eso.
HD: Pues claro que no..., y no lo sabrás hasta que te lo diga yo. Quiere decir que “ahí te he dado un argumento que te ha dejado bien aplastada”.
Alicia: Pero “gloria” no quiere decir: “un argumento que deja bien aplastado”.

Y entonces Humpty Dumpty DIJO:
“Cuando yo uso una palabra quiere decir lo que yo quiero que diga..., ni más ni menos”.

¡Toma castaña! Algo así como que cualquier palabra que uses será tuya y sólo tuya en sentido y significado, y sólo tú sabrás lo que quieres decir, que es lo que me pasa a mí con los comentarios de esta entrada.... No consigo conectar la semántica de los comentarios. No sé si hay comunicación real entre vosotros (soy un idiota) o si sois Humptys Dumptys, porque yo no puedo entender esas ideas bonitas que veis y yo no pillo... Por ejemplo, ¿qué tiene que ver con esto Nafarroabai?

Para el metódico cartesiano y su división entre lo “cogitans” y lo “extenso”, la comunicación con los semejantes era algo insalvable. Combatir argumentos escépticos, como el del espectro invertido o la cubeta de Putnam, resulta imposible, pues el sujeto se ve sumido en el solipsismo extremo, especialmente, en la expresión de sentimientos personales. ¿Cómo saber que mi sensación (única e individual) de angustia puede ser sentida en su misma forma, modo y causas por el receptor?

Para el estricto cartesiano, éste es el más claro ejemplo de la imposibilidad del lenguaje, pues, en última instancia, el lenguaje es privado. Sólo entendiendo esto se puede comprender que tengan algo que ver el postmodernismo, el cristianismo y Nafarroabai...

A mí me gusta la poesía (el lenguaje interior), pero no hay que mezclarla con la filosofía (eso para Heidegger o Nietzsche). En poesía sí puedes decir palabras con el significado que te de la gana:

Agua puede significar sexo,
Luna puede significar teta,
Y Espiritrompa, Iris y Tilonorrinco pueden querer decir que alguien es un niñato fachilla porque sigue a un pastor alemán (¡).

En filosofía, si te inventas (descubres) algún concepto, lo mínimo que haces es dedicar un par de libros a definirlo de forma certera.

Pufff ya está bien!
Me da que al final, a base de querer ser Alicia, me he convertido en Humpty Dumpty y nadie me va a entender, pero bueno... , luego leo a Wittgenstein y se me pasa.

PD: Lo de la cosificación es un poco de perogrullo, no? Todavía no he conocido a nadie que confunda su pilila con el tubo de escape de su BMW (aunque sé que si pasara sería en la UCAM ), pero bueno, hasta que eso no ocurra, para mí no existe nadie que cosifique su ser. Porque la pilila, por mucho que os pese a los cristianos, es parte del ser... JAJAJAJA! (Es que me imagino a alguien cogiendo un tubo de escape para mear y me recuerda a cuando un perro se persigue la cola pensando que no es suya).


Lo mejor que conozco sobre el tema “NO soy lo que tengo” es una obra/performance de Michael Landy: ‘Breakdown’, de 2001. En ella, el artista catalogó TODAS sus posesiones y las metió en una trituradora industrial, desde sus fotografías familiares, pasando por sus libros y discos, títulos académicos, cartas de amor de la infancia, muebles, ropa, su coche entero y su cartera con todos los carnés y documentos, y dinero y TODO... De hecho, se quedó desnudo cuando terminó.

Dijo que, después, se sintió liberado, se encontró a sí mismo. Contad esto a los alumnos y os aseguro que captarán el concepto. No eres lo que tienes, eres mucho más(¡). Pero claro (¡), si les hablas sobre el sentido de la vida o sobre eso de que "el alma se pone en las cosas, pero no está en las cosas”..., pues sí, muy bonito, “si y sólo si” estudian filosofía. Pero para los simples mortales (jejjeje!, más preocupados por el tamaño de sus genitales que por el cristiano concepto de ‘persona humana‘ -valga la redundancia-) resulta una afirmación que adolece de falta de gancho, de fuerza. Mejor dejarlos desnudos en su mente, sin nada..., usando el ejemplo de Landy, para que se vean en su miseria o en su ‘gloria‘.

Pedro Jesús Teruel dijo...

¡Hola muchacho! Para no ser amigo de elucubraciones, te has marcado un post de lo más funambulista. Y has procurado entender y pensar, lo cual está muy bien... entre otras cosas, porque refuta tu pretensión implícita de que los significados o son inmediatamente accesibles o no lo son en absoluto. Septembrino, la "semántica" de la que hablas se construye con tiempo, experiencia, estudio, apertura. Tu propio mensaje lo demuestra: despliegas ahí una serie de "conexiones semánticas" que hace sólo unos pocos años te eran ajenas. Condición para filosofar -y estoy seguro de que lo sabes bien- es la disponibilidad a dejarse sorprender por la realidad y a descubrirla sin prejuicios. El filósofo ha de reinventar continuamente esa vocación. Parapetarse tras una pose escéptica o analítica no ayuda a pensar mejor: más bien pone límites acríticos al conocimiento. Filósofos del mundo: huid de las poses. Por lo demás, bienvenido al club. ¡Pásate por mi blog cuando quieras, Septembrinus!

Anónimo dijo...

Yo no adopto ninguna pose... El hecho de que use pseudónimo es por mor a la vida!! Temo que me fusilen -como algunos hicieron a Lorca- o me quemen o me cicuten, circunciden o bauticen (a cual peor forma de morir -física o filosóficamente-).

Poses... ¡Vaya!, pensaba que yo no gastaba "prosopón", me considero Humano...(a secas), pero de esos del mono, como la madre de Darwin.

Lo de la estupidez(!)..., estupor (!)...; es verdad... Si se fija en mi andar por las alturas(!), más que en mis andares!, percibirá, excelentísmo Pedro Jesus Teruel, que yo no defiendo el cartesianismo porque "luego leo a Wittgenstein y se me pasa".

Por lo tanto, ya está en mi texto aquello del "tiempo, experiencia, estudio, apertura", condiciones necesarias para la "semántica" (no entiendo por qué lo escribe usted entre comillas).

Leo a Wittgenstein -digo esto porque no parece usted haber entendido la referencia, excelentísimo Pedro Jesús Teruel-, leo el parágrafo 256 de "Philosophical investigations", donde Wittgenstein refuta la idea de un lenguaje privado, incluso en lo que se refiere a "vivencias internas", que es lo que me pareció esta entrada sobre "crisis" interiores...

Yo no creo en los lenguajes privados y, por eso, termino diciendo lo siguiente: "parece que soy yo Humpty Dumpty...".

Claro, lo que me pasó, precisamente, fue que sentí la estupidez, el estupor del filósofo(al que usted, excelentísimo Pedro Jesús Teruel, refiere), al leer los comentarios y percibir cierta "disonancia cognitiva" entre las diferentes entradas.

Traté entonces de advertir a Leo sobre los peligros de hablar de forma imprecisa sobre vivencias interiores (aunque entiendo que el medio en el que se mueve lo requiere).

En última instancia, aunque no hiciera ninguna falta, lo que pretendía era hacer notar a Leo un tema filosófico que seguro le interesará como teórica de la comunicación que es, de hecho y de derecho.

El tema de los lenguajes privados era lo que trataba de exponer, un tema de la filosofía analítica, ya lo sabe usted, excelentísimo Pedro Jesús Teruel. Yo no me parapeto tras una pose escéptica o analítica, trato de exponer argumentos de otros que debería usted conocer, excelentísimo Pedro Jesús Teruel.


Filósofos del mundo:
"LA MARIOLOGÍA NO ES UNA CIENCIA"

1) Que haya pomposos simposios internacionales sobre Mariología y que haya Universidades que tengan esta pseudo-ciencia en sus planes de estudio, no quiere para nada decir que esto sea un conocimiento ¡serio! de ninguna clase...


2)Las personas que imparten esos "cursillos catecumenales" NO hacen ciencia por mucha pompa, dinero (cosificación), prosopón (!) que se pongan o paternalismo (cristiano o familiar) que gasten...


3)No os vendáis a la Mariología por un 'cargucho' de pacotilla.


Gracias por la invitación a su blog. Le tomo la palabra.

Pedro Jesús Teruel dijo...

Estimado Septembrino: me pone usted en un problema. En el blog prefiero el tratamiento de tú: un blog es un espacio abierto, informal, en el que nos podemos tutear (por cierto, también preferiría el "tú" si estuviésemos hablando cara a cara). Ahora bien, si me trata de usted, es descortesía que yo no haga lo propio. Nada que no pueda cambiar, a indicación suya. Tampoco sería necesario el pseudónimo: nosotros estamos en un orden pacífico de intercambio de ideas, ¿no es así...? Yo, al menos, prefiero exponerme. En este punto, como en otros, me da la impresión de que no dialoga conmigo sino que argumenta frente a (o: contra) un oscuro grupo de personas a las que atribuye ciertas características que puedo imaginarme. Septembrino: para dialogar hay que ponerse frente a la persona que se tiene delante. En este caso estamos usted y yo –y Leo, que nos acoge en su blog, y todos aquéllos que deseen sumarse a la conversación–, somos personas de carne y hueso, hablamos el uno con el otro y aportamos argumentos concretos. Preferiría –y así se lo pido– que no me convierta en portavoz o símbolo de (inciertas) opiniones o conductas a las que asocia el hecho de que yo sea profesor en una Universidad católica. No está hablando con un prototipo de significados que usted tiene en mente: soy una persona. Asignar etiquetas no es dialogar. Y sólo el diálogo conviene a un lugar como éste (un blog). Podemos hablar sobre cualquier tema – pero partiendo de la realidad, de la escucha y de la sinceridad. Lo demás no sirve, ¿no cree? Sobre sus referencias a Wittgenstein habría –hay– mucho que decir. Como bien sabe, el pensamiento de Wittgenstein no es lineal, conoció varias perspectivas y –por lo que al alcance del lenguaje respecta– experimentó un giro importante en su madurez. La propia evolución del pensamiento wittgensteiniano es una prueba significativa de la complejidad de los problemas asociados a ese concepto de "lenguaje privado" (que entraña un considerable oxímoron). También hay que tener en cuenta, en este caso, la diferente relación que existe entre los interlocutores y el ámbito de experiencia desde el que hablamos unos y otros (en esa diferencia está la raíz de las "disonancias cognitivas" a las que se refiere, y que son inevitables para un interlocutor que se incorpore a un discurso previamente trabado). Es decir, que la noción de "juegos del lenguaje" –como sabe, propia del que se ha dado en llamar "segundo Wittgenstein"– contribuye precisamente a clarificar esa perplejidad suya. Tengo la impresión de que se parapeta tras el pensador vienés (y no es un mal parapeto) para defender una idea sencilla y absolutamente plausible: es necesario cuidar, hasta el extremo, la precisión en el lenguaje (particularmente cuando se trata de aportaciones científicas). Esto no desmerece ni desaconseja utilizar el lenguaje coloquial: se trata de contextos distintos, con su legitimidad y su sentido propios. Cuando Leo habla de las crisis personales se está refiriendo a un fenómeno que forma parte de la experiencia humana –no sé qué edad tiene, pero me resistiría a creer que una persona que escribe como usted no haya pasado por ningún tipo de crisis, de criba–. Otra cosa es que sea fácil delimitar el concepto, o que para un observador externo resulte posible afrontar ese tema con garantías de dar en el clavo. Se impone aquí una prudencia extrema. Si es esto lo que quería decir, estoy completamente de acuerdo (ya ve: su lenguaje da pie a interpretaciones, y es inevitable que así sea; pero podemos ponernos de acuerdo gracias al mismo lenguaje). Permítame que le diga que lo de "excelentísimo" me hace mucha gracia. Si me conociera vería que el apelativo no se me ajusta – al menos, yo no me veo tan excelente...

Anónimo dijo...

Gracias... Ni yo mismo hubiese escrito una nota a pie página tan buena sobre lo que quise decir. Gracias, sinceramente...

Mi problema es que tiendo a pensar, a veces y sin querer, con refranes y me salió una vena de "a buen entendedor..." Ya ve!! Yo, que considero los refranes muletas para ahorrar la molestia de pensar! Menudo fallo..., pero es que mis más cercanos siempre me increpan que no logran seguir el hilo de lo que escribo y yo, vanidoso de mí, siempre he pensado que no tenemos las mismas referencias culturales y que, si mi interlocutor era filósofo (como mínimo de Profesión), lo comprendería todo espontáneamente.

Pero una cosa es colgar referencias para buenos entendedores! y otra colgar insultos... ¿De verdad le he asignado una etiqueta?

He releído lo que escribí y sólo he encontrado, como posible asignación de etiquetas, aquello que comenté, a modo de interjección, sobre la mariología... Le confieso, siempre sincero, que no sabía que usted versara sobre estas "artes" trasnochadas, oscuras... Pensé que su "Profesión" era la filosofía, no la mariología, y le pido perdón, pues de haber sabido que trataba con un mariólogo hubiese buscado otros lares para proclamar mis insultantes y vagas arengas filosóficas.

Pues ya ve... ¿Quién es nadie para presentarse como la voz de la conciencia filosófica, diciendo a los filósofos lo que deben o no, o cómo deben o no pensar?

Una crítica constructiva: lo del primer o segundo Wittgenstein es un poco feo, aunque reconozco que el mundo académico al completo lo nombre de este modo. Yo (no pretendo ser ya ejemplo para filósofos) diría, por amor a la certeza, lo siguiente: una primera época en el pensamiento de Wittgenstein frente a una segunda... Quizá por miedo a encontrarme con Wittgenstein en un experimento mental de viaje en el tiempo y acabar preguntándole a Wittgenstein:

-¿Es usted el primer o el segundo Wittgenstein?
A lo que él, al menos en mi imaginación, gritaría:
-¡NO SOY UN NÚMERO, SOY UNA PERSONA!

Jajajajaja! (Aclaro, para aliviar el trabajo de las notas a pie de página, que esto es una alusión cultural a una serie de los 60 llamada "El prisionero" y también, como no, al anterior comentario del excelentísimo Pedro Jesús Teruel, en el que se nos confiesa PERSONA humana).

Lo de excelentísimo no pensé que fuera a considerarse -en círculos conocedores de la virtud griega- como un trato descortés... y parece que mi amigo Pedro Jesús no se lo ha tomado así, pero claro, alguien me dijo que podía considerarse como una especie de trato despectivo, pues, al parecer, algunos acólitos adjetivaban con esta hipérbole al archihiperbolado generalísimo! y también, actualmente, a gentes como Hugo Chávez y también a los ayuntamientos corruptos.

Quiero dejar claro que nada más lejos de mi intención... yo refería y refiero el tratamiento de excelentísimo al término griego "areté", mal traducido como virtud.

Luego he estado vagabundeando por internet y he encontrado algo, cuanto menos, curioso:

¡Can, el filósofo!
“De Can a Kant” Pedro Jesús Teruel, La Verdad (17/10/2003)

Mientras leía su texto se me han ocurrido varias cosas:

Para empezar, me he reído a pierna suelta, porque me ha gustado mucho el principio de su artículo de opinión, no porque me haga gracia la ignorancia de las jóvenes crucigramistas, para nada!, sino porque creo que es un buen artículo... y me ha recordado lo buena que sería esta lección en una clase de filosofía... El eterno problema de la libertad, ¿quién es más libre, el Kant que pone los relojes de Königsberg en hora, o el hombre que hace lo que quiere, lo que le pide el cuerpo en cada momento? O dicho en otros términos : ¿quién es más perro, CAN!, que dirían las crucigramistas (en el sentido de “perro atado y sin libertad“), o el hombre-perro (sentido de vago), que por hacer lo que desea en cada momento acaba no haciendo nada?
Los alumnos, que no son tontos, sabrían que donde está “el CAN”, está lo bueno, pero ¿sabrían deducir por qué Kant es más libre?

Y ahora, una pregunta para el profesor...
¿Aprobaría la libertad kantiana una sentencia que se presentase hallada por la razón y la experiencia, y que defendiera que la mariología es una ciencia? Yo, personalmente ,creo que no... “Como si fuera una ciencia”, quizá, si acaso sentimentalmente o en clave pietista, pero, racionalmente, lo que se dice una ciencia de verdad.... Pues no, porque ahí -quizá por “des-gracia” divina- no llega la razón...

No hace falta decir que espero su respuesta, siempre a la búsqueda de diálogo libre y filosófico.

Al seguir leyendo el artículo surge el siguiente dilema...

Si con datos de D. Andrés Canteras el 36% de los jóvenes creían, en 2003, en el destino y, un 19% en el horóscopo... ¿Cuántos de estos jóvenes creerán en la Mariología como ciencia, o en la ética cristiana como dictado divino por encima de la razón misma y extramuros del imperativo kantiano y, por tanto, de la libertad humana?

Anónimo dijo...

jajajaja, acabo de ver en "la mirada crítica", en Telecinco, como Zapatero explicaba en un mitin con los miembros de la farándula su repetitivo eslogan: "buenas noches y buena suerte"

ZP nos dice que la frase significa: "una denuncia moderada y prudente hacia los que censuran, asustan y ¡hacen discursos catastrofistas!".(paráfrasis)

Con una sonrisa muy sarcástica Vicente Vallés dice: "Nunca imaginamos que `buena suerte´significara tantas cosas!!

¡jajajajaja! El "Humpty Dumptysmo" se impone... ¿Será Zapatero un huevo a punto de caer de un muro?

Pedro Jesús Teruel dijo...

¡Septembrino! Es usted fecundo y facundo. A mí también me ha hecho mucha gracia este último comentario suyo. En torno a ZP no tengo muchas dudas, y he expuesto mi opinión en otros lugares. Sobre las etiquetas: no me he sentido insultado ni nada parecido, no se preocupe. Sí he pensado que –permítame que reproduzca algunas líneas del anterior mensaje– en este punto, "no dialoga conmigo sino que argumenta frente a (o: contra) un oscuro grupo de personas a las que atribuye ciertas características que puedo imaginarme". Aun a riesgo de repetirme –como Rajoy’s child– me permito recoger también lo siguiente (no ha perdido valor): "Preferiría –y así se lo pido– que no me convierta en portavoz o símbolo de (inciertas) opiniones o conductas a las que asocia el hecho de que yo sea profesor en una Universidad católica. No está hablando con un prototipo de significados que usted tiene en mente: soy una persona." Usted es buen entendedor, así que no abundaré en esto. Sobre Wittgenstein y sobre la necesidad de precisión terminológica creo que hemos llegado a un acuerdo. Vayamos ahora a lo que nos interesa, a saber: su pregunta sobre la relación entre Kant, la ciencia y la mariología (oops). Es un interesante "Gedankenexperiment". Me gustan mucho estos ejercicios de "cartografía epistemológica", y me parecen muy útiles. Lo primero que habría que tener en cuenta es la específica modulación kantiana de la noción de 'ciencia'. A mi modo de ver, el concepto decisivo aquí es el de 'sistema', tal y como aparece en la Arquitectónica de la Doctrinal trascendental del método de la "Crítica de la razón pura". Ciencia es, sí, un conjunto de conocimientos obtenidos a través de método –y, en esto, Kant coincide con cualquier definición tradicional–. Ahora bien, lo esencial para Kant es, en primer lugar, que esos conocimientos estén guiados por una idea rectora que les confiera unidad sistemática; de manera que la ciencia no es un agregado de conocimientos, sino un sistema. Esta noción de 'sistema bajo una idea rectora' lleva aparejado el carácter apodíctico de las afirmaciones científicas y, por lo tanto, que tengan origen puro o constituyan la aplicación de reglas o principios puros a lo dado empíricamente. Por este motivo, ciencia en sentido estricto pueden serlo sólo aquellas disciplinas que proceden de la razón pura (aquí el ejemplo paradigmático son las matemáticas) o en las que se aplica esas reglas a lo dado empíricamente (y aquí el ejemplo es la física); todas ellas tienen su propedéutica en la filosofía y, dentro de la filosofía, en la metafísica (en su acepción kantiana, como teoría de la experiencia). Estos conceptos nos bastan para responder a su pregunta. Desde el punto de vista delimitado por ellos, la Mariología no puede constituir una ciencia en sentido kantiano, puesto que no procede de reglas ni principios a priori ni de su aplicación a la empiría. Sobre esto último habría que puntualizar aún lo siguiente. El concepto de 'certeza apodíctica' es bastante complejo. Kant distingue entre la certeza que se obtiene de la razón pura y la certeza que proviene de la experiencia; ambas dan lugar a conocimiento. En algunos textos (por ejemplo, en la "Lógica" de 1800) distingue entre una certeza empírica originaria y una certeza empírica derivada; la primera proviene de la experiencia directa, la segunda del asentimiento otorgado al testimonio de testigos fiables. Está claro que la certeza derivada tiene que ver, pues, con los juicios relacionados con la Historia. Desde este punto de vista, el tema de la Mariología tiene que ver con el conocimiento sistemático de los hechos y procesos históricos en general. El estatuto de la historiografía en Kant ocupa un lugar espurio, que no se puede identificar con la ciencia en sentido estricto pero tampoco con la amalgama de conocimientos. Ahora bien, no creo que su cuestión vaya por aquí: no pregunta por la Mariología en cuanto crónica relativa a un personaje histórico, sino por el conjunto de afirmaciones –objeto de reflexión y sistematización– relativas a María de Nazaret y a su relación con un orden trascendente (no trascendental ni transcendental) de cosas. Desde este punto de vista, la Mariología es de nuevo una disciplina imposible en perspectiva kantiana. Y esto, debido a la concepción que tiene Kant de la Historia: según él, una revelación de Dios en el mundo no sería jamás aprehensible como tal. Y esto, debido a motivos teóricos –la inconmensurabilidad de Dios en cuanto Dios– y a motivos prácticos –la perjudicial influencia que ello tendría en los motores de la acción y en la heteronomía moral del ser humano–. (Por cierto, se trata de un tema que luego provocará graves problemas sistemáticos al propio Kant, a saber, en el contexto de su pneumatología dogmático-práctica. Pero éste es otro cantar. Como otro cant-ar es también la relación entre moralidad y religión en el propio Kant: una relación tan estrecha, como sabe, que le llevó a calificar al cristianismo –en ese opúsculo tan interesante llamado "El final de todas las cosas"– como "religión digna de amor"). Creo que, de este modo, tenemos ya a la vista las claves de la respuesta kantiana a su pregunta. Así que buenas noches y buena suerte. ¿Le he dicho ya que estoy encantado con nuestra conversación virtual...? Eso sí, como insiste en llamarme "excelentísimo", me obliga a tomar medidas. A partir de ahora, se llamará "preclaro": preclaro Septembrino :)