miércoles, julio 15, 2009

Recorridos, culturas, encuentros...


ViaJaR by -imagina-.
Publicada en Flickr

Llevo desde el mes de junio sin parar literalmente hablando. Primero fue España, más tarde Nuevo México (EE.UU) y finalmente vuelta a Colorado, donde me quedaré unos pocos días para partir de nuevo a mi querido México DF. Allá, en las cálidas tierras mexicanas, me esperan el 53 Congreso ICA (concretamente, el simposio que coordinamos Marta Rizo y yo sobre Comunicología) y el seminario Hacia una Comunicología Posible (imparto una sesión sobre Ontología Comunicológica en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México), además de una breve visita a Zacatecas. Todo esto es posible gracias a este espíritu mío que me lleva de un lado para otro y también gracias, obviamente, a la Fundación Séneca (Murcia, España) que me concedió una estupenda beca posdoctoral que me sigue teniendo loca y que desarrollo en la Universidad de Colorado

En todos los casos, el portátil y las redes inalámbricas se han convertido en mis compañeros de viaje imprescindibles, ya que me permiten seguir trabajando a un ritmo diferente, sin terminar de desconectar del todo. Supongo que ahora entiendo mejor que nunca las palabras de mi antiguo vicerrector de investigación, Higinio Marín, cuando nos decía que se es investigador siempre, a todas horas. Esto, que en su momento me pareció una barbaridad, hoy lo he hecho tan mío que creo se ha convertido en un elemento fundamental, ontológico de mi identidad.

Y en este ir y venir unas veces sola, otras acompañada, me ha seguido entusiasmando el poder descubrir nuevos aspectos de la cultura estadounidense. Creo que este país es uno de los que peores clichés, peores estereotipaciones ha recibido. He oído barbaridades sobre esta cultura posmoderna, sí, pero también inocente y honesta, quizá esto ultimo debido a su juventud. Y precisamente sobre esto, he recibido hace pocas horas el email ya desde España de una de mis últimas compañeras de viaje:

"Ha sido el mejor viaje de mi vida (...) He vuelto enamorada de esa tierra y de sus gentes. Ya sé que todo el monte no es orégano y que su sistema, como todos, hace agua por mil sitios. Pero los americanos tienen valores que yo considero de primera: la educación y la amabilidad hasta el extremo en el trato, el civismo, la limpieza, la religiosidad sin complejos que cuida de una relación tan importante para el hombre como es la relación con Dios sin mirar el reloj... Y eso sin hablar de su talente auténticamente democrático. ¡Qué te voy a decir! Aquí viene como anillo al dedo eso de "aprende de tus hijos".
 
Llegar a España y toparme con la realidad contraria que aquí se vive ha sido todo uno. ¡Mira que quiero a mi pais! Pero ya sabes que en mí el amor no es ciego: la aduana y la terminal 2 de Barajas una pura shit como una catedral: sucias, cutres, de vergüenza ajena, vamos. Alicante para salir corriendo y Murcia ¡qué te voy a contar! Pero esto es lo que hay! También tiene sus cosas buenas: de momento sólo se me ocurre la tortilla de patatas. Cuando se me pase la paliza del viaje seguro que empiezo a sacar otras cosas positivas". 

Poco más que añadir...  

Un saludo a todos!


6 comentarios:

María dijo...

Me alegro de que estés disfrutando tantísimo. ¡¡¡Yo también abandono el país en unos días!!!

Aprovecha al máximo ese congreso y luego me lo cuentas, que necesito noticias del exterior :P. Y dale un abrazo enorme a Marta. Y date otro a ti si te llegas :P

eva dijo...

La verdad es que me das mucha envidia, porque esos viajes, mejor dicho estancias, te permiten conocer culturas diferentes, maneras diversas de entender el hombre, la sociedad y, cómo no, la comunicación. Te deseo mucha suerte en el congreso y espero que nos enseñes muchas cosas. Saludos desde Barcelona.

Enrique dijo...

Creo que no entendiste la frase "se es investigador siempre, a todas horas". O al menos yo no la entiendo como tú. Para mí no significa que haya que quedarse pegado al flexo hasta la madrugada o que tengamos que cerrar la ventanilla del tren y encender el ordenador. Tu hiperactividad me estresa, querida Leo. Creo que solo sobrevives sin que te de algo porque eres una especie de misionera de la comunicación, una Teresa de Calcuta de la universidad. Pero hasta Teresa debio de tener sus desfallecimientos y dudas. ¿Tú no? Yo nunca los vi. Cuando te observo me suceden dos cosas: o dejo lo que estoy haciendo rápidamente y abro el libro, o cierro el libro y me voy a pasear. Yo vivo en el desfallecimiento y la duda. Por eso cada vez cojo menos trenes, y no digamos aviones. Y no lo haría nunca si no tuvieran ventanillas.

Leo García-Jiménez dijo...

María cómo vas? yo me llego pero... no way!!!!! lo de abrazar my self es un poco triste, jeje. Le daré tu abrazo a marta, ese sí :-).

gracias Eva! la vida "predoctoral" es terrible, bueno, no terrible pero sí dura... Lo bueno es que cuando acabas empieza una etapa de mayor madurez científica que te permite hacer tus "bolos" académicos... Y esto es increíble. Mucho ánimo con todo.

y bueno, Kike, siempre aportando una perspectiva, cuanto menos, sorprendente... PObre madre teresa de Calcuta!

Me ratifico en lo que dije y en lo que, cuando entré de investigadora predoctoral, me espetó Higinio Marín. Se es investigador siempre, porque la investigación no es un trabajo al uso, no es un trabajo a sueldo, ni una jornada laboral de 8 horas, sino que supone mirar de una manera distinta a la realidad. Y esa mirada termina formando parte de nuestra identidad... De todas formas, tú mismo. Ojalá vayas más veces a pasear que a abrir libros. Ánimo en todo,

un abrazo a los tres!

Unknown dijo...

Jo, qué tendrá Estados Unidos que todo el que va allí se enamora de aquello?
Tendré que comprobarlo algún día!
Creo que cuanto más grande es un país o una ciudad es posible encontrar de lo bueno lo mejor y de lo malo, quizás, lo peor. No existe lo uno sin lo otro, es cuestión de equilibrio.
Me encanta eso que dices de que su cultura es inocente y honesta debido a su juventud.
Un abrazo Leo!!

María dijo...

A mí esa frase de "se es investigador a todas horas" me la soltaste hace un par de años... y es todo un mazazo. Por eso, cuando me dan las tantas de la madrugada escribiendo cosas que luego tengo que reescribir al día siguiente, siempre me acuerdo de ti. A veces con cariño.