lunes, septiembre 12, 2011

Cristalizaciones. Algunas notas sobre la investigación mexicana, española y estadounidense


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Terminada la VIII bienal de comunicación celebrada en Puebla (México), es tiempo para la reflexión. Y si es comparada, mejor que mejor. La comunicación estratégica, temática central abordada en Puebla desde el 5 al 9 de septiembre de 2011, ha sido un descubrimiento vibrante, prometedor, ambicioso, humano. La comunicación estratégica, que supera la unidireccionalidad y el materialismo funcionalista que caracterizó a parte de la comunicación organizacional en los últimos compases del siglo XX, supone un paso más en el análisis y en la integración de niveles y paradigmas. Perspectiva transdisciplinar, que venimos mentando (y mucho) desde un punto de vista epistemológico (ya sabéis, aquello de la necesidad de integrar  los diferentes niveles de la comunicación y utilizar el multiparadigma), pero que utilizamos menos en la formulación teórica y la aplicación empírica. Al final terminamos anclados en un paradigma y lo de la triangulación metodológica tampoco parece que esté todavía excesivamente consolidado. Sandra Mazzoni ofreció sobre estas cuestiones la conferencia más sugerente a la que he asistido en un congreso. Pero hubo más. Jesús Galindo, maestro de ceremonias, contextualizando a cada uno de los ponentes. Rafael Alberto Pérez, contador de historias, narrador de lo que es y no es, límites y alcances; Octavio Islas y su recuperación del denostado McLuhan. Su propuesta de integrar el pensamiento de Marcuse y McLuhan para explicar/impulsar la nueva revolución digital fue, simplemente, genial. También la idea de que el DIRCOM debe ser investigador, dos facetas (la académica y la profesional) que son inseparables.  

Voy a plantear algunos apuntes, algunas tendencias generales. No tengo pretensión alguna de concreción, vaya ya mi postura por delante, que luego me aparecen catedráticos documentalistas para ponerme las peras al cuarto. Y sin dejarme que les conteste, claro está. 

México y, en general, Latinoamérica tiene una extraordinaria capacidad de abstracción y formulación teóricas. Imagina, extrapola, generaliza, plantea como nadie las matrices socioculturales; entiende las culturas, las explica, las trasciende. Estados Unidos, como representante del mundo anglosajón por otra parte, tiene un rigor metodológico que hace tiempo dejó atrás lo cuantitativo y apuesta, cada vez más, por las técnicas cualitativas, etnográficas, dialógicas, por la retórica aristotélica renovada. Basta echar un vistazo al departamento de comunicación de la Universidad de Colorado, con figuras como Stanley Deetz, Robert T. Craig, Peter Simonson, Bryan Taylor o John Ackerman. O leer, aunque sólo sea muy por encima, los abstracts del congreso de la NCA (National Communication Association) para comprobar lo que digo.

Pero Estados Unidos no mira a Latinoamérica, o la mira poco, muy poco, es invisible, egocentrismo cultural que, por supuesto, ha calado hondo en las prácticas académicas gringas. Y Latinoamérica continúa definiendo a sus vecinos yanquies como unidireccionales, materialistas, funcionalistas… Simplificadores, en una palabra, del proceso comunicativo. México teoriza como nadie, pero es más débil en metodología. Estados Unidos se ha aprendido ya la lección del proceso comunicativo que es simbólico, complejo e interaccionista y utiliza las metodologías rigurosamente, pero es más flojo en la generalización, pues continúa apegada al caso, al dato, a lo empírico.

¿Y España? ¿Qué decir de nosotros? Spain is different, promulgaba tiempo ha el conocido eslogan turístico. Nos defendemos en teoría y en metodología, podría ser que estemos a medio camino entre Estados Unidos y México. Nos defendemos en ambos, sin destacar en exceso en ninguno. En general, repito, en general. Cada vez estamos haciendo un mayor desarrollo de estudios empíricos y, eso sí, éstos suelen presentar, en mayor o menor medida, un “decente” marco teórico. Esto que digo no es una perogrullada, basta mirar a algunos campos (como el de la investigación en Comunicación y Salud) para ver que hay más investigación empírica sin teoría de la que imaginamos. Cómo interpreta ese tipo de investigación los datos es ya otra cosa, pues no lo he entendido todavía.

Como habréis visto, no he dicho ni mú sobre la tradición europea, dado que ni tan siquiera creo podamos hablar de una tradición europea de facto. A Europa, una vez evolucionado el pensamiento crítico de los Cultural Studies hacia uno más antropológico e interpretativo que ha pegado muy fuerte en los US; superadas, tiempo ha, la Escuela de Frankfurt y la periodística alemana; y una vez consolidada –y más aún- la Semiótica, no sé si le quedan muchas señas de identidad. Esto es sólo una hipótesis de partida, debería pensar más y explorar metateóricamente el campo europeo, aunque no lo haré por ahora, no me despierta ni la fascinación que sí hace el pensamiento latinoamericano, ni la admiración del estadounidense.

“Aprende de tus hijos”, podríamos decirle a la vieja Europa, que ni se caracteriza por la amabilidad y dulzura mexicanas, ni el civismo y sencillez estadounidenses. Al final, Europa no es ni una cosa ni la otra. Quizá sea cierto lo que comentaba ayer el profesor Rafael Alberto: finalmente, cuando Europa quede desprovista de valores, encontraremos las reservas de sentido en Latinoamérica. Y yo añado. Y el respeto y llaneza de Estados Unidos. De sus gentes, me refiero, no de sus políticos. Me atrevería a decir que la clase política forma un todo más homogéneo y transnacional del que imaginamos. Esas élites que campan a sus anchas en sus propios espacios (salas VIP, business class, hoteles 5 estrellas…), que diría Manuel Castells.

Es muy paradójico, lo sé, pero al final me quedo con Estados Unidos y México o México y Estados Unidos, igual da. Descender hasta el ámbito de lo humano, hablar con sus gentes y sentir los afectos de uno y otro lado, es la mejor fórmula para superar rencillas e injusticias históricas, malas decisiones políticas y estereotipos culturales que no hacen sino agotar y desesperar al hombre.

Un abrazo a todos!

Crystallizations. Some notes about Mexico, Spain and the US Research

Este artículo en español lo tienes aquí

The Communication Biannual is done (Puebla, Mexico, September’ 2011). Now, I want to think a little bit about the Mexican, the US and the Spanish researches. I will develop just a few notes. I don´t pretend to be specific at all. This is just an opinion article. Just that.

Strategic communication has been the core of the convention. Strategic communication has been developed in a transdisciplinar way. I never saw something similar. Strategic communication is a step more complex than the materialist and, sometimes, unidirectional organizational communication. Sandra Mazzoni, who offered the most suggestive conference i have ever heard, integrates the levels of communication, the different paradigms, the methodologies and propose the first real communicological analysis of human interactions. Hurray! We have talked a thousand of times about the necessity of integrating different paradigms, methodologies, and levels of analysis. But we don’t do it. Too complex. Too different. Too polemic. But this Argentinian researcher has done it. And she is working with it for several decades in the professional world of agriculture (her institute has more than 7.000 people working on it).

Jesus Galindo, from GUCOM, made the perfect contextualization of the spakers. Rafael Alberto Perez keeps innovating in this field. And Octavio Islas, who is re-discovering McLuhan (he is in the organization of the next convention about McLuhan in New York with the Media Ecology Association) proposed something simply brilliant: to integrate the thought of Marcuse and McLuhan for explaining the new digital revolution.

Mexico has an extraordinary potential for developing theories, generalizations, and understanding sociocultural approaches. On the other hand, the US uses methodologies in a really rigorous way. But Mexico is weaker in methodology. And the US is weaker in the development of generalizations; American research is too dependent on data. And here is the sad situation. The US doesn’t look to LatinAmerica (cultural egocentrism that characterizes the academic world as well). And Mexico is still thinking that the communicative US approach is functionalist, materialist, and unidirectional. In one word, that the US research simplifies the communicative process. But this is not like that. The Department of Communication of the University of Colorado is a good example with researchers like Deetz, Craig, Simonson, Taylor or Ackerman. All of them understand communicative processes in a symbolic and complex way and are experts ethnographers, pragmatists or qualitative researchers. NCA's conventions could be a good example of this qualitative trend as well. On the other hand, how many theorists from Latinamerica that have developed their theories out of the US are well known by the US field of communication? I would say just a few.

What about Spain? We make a good integration of theory and methodology, but we don’t have the theoretical potential of Mexico, or the methodological potential of the US. We would be in the middle of both of them.

At the end, I choose, apart of Spain, of course (cause it is my homeland :-)), Mexico and the US, or the US and Mexico, nevermind. Discovering the human side of the culture and talking with their people are the best ways for overcoming old historical disputes, wrong political elections and dehumanized cultural stereotypes. Knowing people apart of political and economic systems and integrating both fields (latinamerican and anglosaxon) would be like a dream come true. Does someone want to try it?