martes, agosto 25, 2009

La vida frenética estadounidense; la limitada vida española

vatican museum stairs; movement of two sorts by _Neverletmego_.

La foto, en flickr

Es algo que me llamó la atención desde el principio: los jóvenes estadounidenses se mudan constantemente de estado. Creo que si digo que cada cinco años no exagero en absoluto... En España, sin embargo, vivimos "plantados" a la tierra, es bastante probable que muramos en nuestra región de origen y a la gente joven, aún hoy en día, le sigue costando cambiarse de comunidad autónoma (España podría equivaler solamente a un estado americano). Ellos se pasan, nosotros nos quedamos cortos (tengo amigos que no quieren mudarse a Valencia -a 3 horas en coche desde Murcia-, porque está muy lejos!!).

Podría decirse que esta tendencia es algo nueva; la mayor parte de los padres de mis amigos han permanecido durante toda su vida en el mismo estado. No mis amigos. En este país, nadie estudia en la universidad de su estado. Ahí empieza el movimiento frenético. Cuando terminan la universidad, la tendencia suele ser cambiar de nuevo para empezar a trabajar en un sitio diferente. Miremos un momento al caso académico, donde no puedes ejercer profesionalmente en la misma universidad en la que has hecho el doctorado. Luego, una vez salido al mercado laboral, el movimiento de un sitio a otro vendrá marcado por las oportunidades laborales o por el simple placer de cambiar de ciudad. Si tenemos en cuenta la dimensiones de Estados Unidos, podría decirse que aquí cambiar de estado equivale a cambiar de país en Europa. O incluso más (cruzar el país en avión pueden ser unas 5-6 horas y los europeos en ese tiempo han podido llegar más allá de Rusia).

Esto tiene consecuencias de todo tipo, aunque supongo que una de las que más llama la atención es la imposibilidad de establecer un núcleo afectivo sólido en un lugar concreto. La gente tiene afectos, por supuesto, pero están dispersos en el espacio y en el tiempo, casi casi en los "no lugares" que diría Marc Augé. Empezar constantemente desde cero imprime, además, una cierta superficialidad en las relaciones personales.

Sobre esto escribió hace unos pocos años Richard Sennet en La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo (edit. anagrama, 2000). Aquí tenéis el capítulo sobre la ética del trabajo escaneado. Señala el autor que ese ritmo frenético corrompe valores tales como el compromiso, la lealtad, la solidaridad. Y lo hace comparando las vidas de un padre (Erico) y su hijo (Rico), donde queda reflejado ese salto generacional que comentaba sobre el caso de mis amigos. Así empieza el capítulo 6 titulado la ética del trabajo (p. 103):


"Toda arte", afirma Oscar Wilde en el prefacio a El retrato de Dorian Gray, "es a la vez superficie y símbolo. Los que se internan bajo la superficie lo hacen por su cuenta y riesgo". Las superficialidades de la sociedad moderna son más degradantes que las superficies y las máscaras del arte. Los vecinos de Rico no se internaron con él demasiado hondo. Los panaderos trabajan con máquinas de fácil manejo que les dan una comprensión superficial de su trabajo. Rose se fue a trabajar en una empresa de Park Avenue donde el énfasis de la juventud y el buen aspecto -las más fugaces, ¡ay!, de todas las cualidades humanas- significaba que su experiencia acumulada de la vida tenía poco valor.

Una razón para esta superficialidad degradante es la desorganización del tiempo. La flecha del tiempo se rompe; no tiene una trayectoria en una economía política constantemente reconvertida, que odia la rutina y programa a corto plazo. La gente siente la falta de relaciones humanas sostenidas y propósitos duraderos. La gente que he descrito hasta aquí ha tratado de encontrar la profundidad del tiempo debajo de la superficie, aunque sea registrando el malestar y la ansiedad por el presente.


La ética del trabajo es la palestra en la cual la profundidad de la experiencia se ve más desafiada hoy día. La ética del trabajo, tal como la entendemos corrientemente, reafirma el uso autodisciplinado del tiempo y el valor de la gratificación postergada. Esta disciplina del tiempo fue lo que dio forma a la vida de Enrico y a la de los obreros del automóvil en Willow Run y de los panaderos griegos de Boston. Trabajar duro y esperar, ésta fue su experiencia psicológica de la profundidad. Una ética del trabajo como ésta depende en parte de unas instituciones lo suficientemente estables para que una persona pueda practicar la postergación. Sin embargo, la gratificación postergada pierde su valor en un régimen con instituciones rápidamente cambiantes; se vuelve absurdo trabajar largo y duro para un empleador que sólo piensa en liquidar el negocio y mudarse.


Supongo que habrá un término medio entre Estados Unidos y España. Ojalá podamos encontrarlo. O terminaremos todos locos, por excesivo dinamismo o demasido provincianismo.

Un saludo a todos!

jueves, agosto 13, 2009

La investigación española y las revistas internacionales: ya tengo mi primer artículo de impacto JCR !!!

El índice de impacto mide la calidad de una publicación científica. Esto es algo más complejo pero bueno, resumiendo muy mucho podría decirse que las revistas con más índice de impacto son las más prestigiosas, en las que más cuesta publicar, las que más gente lee y las que te puntúan más de cara al curriculum, ya que el índice de impacto queda resumido en un numerito, así que a numerito más alto, más puntitos para el Vitae (por ejemplo, la revista Journal of Communication es la primera ubicada en el ranking de las publicaciones en comunicación y tiene un índice de impacto del 2.2). 

Lo del índice de impacto es tremendamente polémico dado que el listado más prestigioso, el Journal Citation Report (JCR), es elaborado por una empresa privada, Thomson Reuters,  un macro gigante estadounidense globalizado de la investigación y el desarollo (el famoso I+D+I, que decimos en España). 

Pues bien, en los que respecta a los investigadores españoles en ciencias sociales (Social Science Index) no tengo que decir lo complejo que resulta para nosotros publicar en alguna de estas revistas. Es preciso apuntar también que en el caso de Comunicación, que es el conozco, no hay ni una sola revista española que esté incluida en el JCR (por favor, si la hay, que alguien lo diga, será un descubrimiento grato y positivo). 

No estamos, señores, no estamos en los circuitos de impacto de la investigación internacional. Ni nuestras revistas, ni nuestros investigadores. En comunicación, en el top ten de las revistas más prestigiosas, la presencia de autores españoles es muy escasa, casi nula. Esto ya lo trato en mi libro, Las teorías de la comunicación en España (Tecnos, 2007), concretamente en el capítulo V  (presencia en el ámbito internacional).

Sé que la culpa no es sólo nuestra, dado que a nuestras limitaciones con el idioma hay que sumar las reticencias que despierta un artículo escrito por alguien cuya primera lengua no es el inglés. 

Así que como no hay manera de meter cabeza en este privilegiado grupo de las publicaciones internacionales, en España nos hemos hecho nuestro propio listado con nuestras propias publicaciones, el conocido INRECS. Esto ha sido útil porque, al no publicar en las revistas de impacto "de verdad", no había narices a medir la calidad de nuestros curriculums. 

Pero de tanto en tanto suena la flauta y aparece algún artículo nuestro en las súper revistas. Y recientemente ha vuelto a sonar.  European Journal of Communication (índice de impacto del o.68) ha aceptado recientemente el último trabajo que hemos escrito Miquel y yo acerca de la investigación de la comunicación en España. En este paper miramos al caso español como caso desde el que plantear un paradigma epistemológico para nuestra disciplina, a caballo entre las humanidades y las ciencias sociales.  

Esta publicación me hace especial ilusión, porque firmo con mi maestro, porque se trata de mi primer artículo publicado en una de las revistas que recoge el JCR y porque en él hablamos de la realidad de la investigación comunicológica en nuestro país. Que aunque no estemos en los principales circuitos internacionales, por lo menos que se conozca qué hacemos. Y de paso, mostramos que no lo estamos haciendo tan mal. 

El artículo en sus librerías el próximo mes de mayo de 2010. Larga espera pero...ha merecido la pena!

un saludo a todos, 

martes, agosto 11, 2009

Sobre cenas y encuentros


4 de copas, claro... granainas!!! by *Rafael.

La foto, en flickr

Echo de menos el mar, lo echo de menos terriblemente... No la playa inundada por una marea humana, sino mi mar tranquilo y en calma, que huelo, siento, toco... Necesito volver a ver una luna llena reflejada en el mar. Anoche la busqué infructuosamente, porque ni había mar (ilusa de mí, creí que un lago serviría), ni tan siquiera luna llena. 

Hoy leía en el blog de un buen amigo lo siguiente: 

“Cuando hay tormentas, de esas que te producen tal espanto que lloras, siempre aparece alguien que, aunque no conozcas, te tiende esa mano que necesitas para afrontar el momento. Y esa persona se calla y no habla de sus sufrimientos para que el otro no se desvíe del buen camino”.

De nuevo aparece la comunicación y el encuentro con el otro como la solución a nuestras búsquedas infructuosas, como solución a nuestra desesperanza. Anoche no encontré la luna llena, pero hoy tuve cena, encuentro y buenos amigos. De esta forma, la ausencia del mar resulta menos amarga... 


jueves, agosto 06, 2009

La copa Davis en Murcia (España)




Bien, sí, ya sé, este tema se sale un poco-bastante del marco general del blog pero leyendo esta mañana la noticia, no he podido evitarlo. La copa Davis en Murcia (Location set for Davis Cup match up against Spain)

Nadal y Murcia... ¿alguien da más?

Que no todo va a ser calor en estos días de verano :-). 


martes, agosto 04, 2009

El estudio y superación de nuestras carencias comunicativas

Communication in Relationships by The Visions of Kai | New York City.

Esta foto en Flickr aquí 

Es una gran paradoja, pero cada vez estoy más segura de que los que terminamos estudiando a la comunicación lo hacemos con el afán de responder y superar nuestras propias limitaciones en ese terreno. Quizá esa necesidad yace solamente en el subconsciente. Quizá no... No sé. Ahora bien, sí sé que estudiar la comunicación y ser testigo de tus propios fracasos comunicativos hace de estos últimos algo todavía más terrible... Hoy eché mano de mi yo más teórico y fracasé estrepitosamente. "No me hables de academia, por favor". Doble fracaso, pues.