La foto, en flickr
Echo de menos el mar, lo echo de menos terriblemente... No la playa inundada por una marea humana, sino mi mar tranquilo y en calma, que huelo, siento, toco... Necesito volver a ver una luna llena reflejada en el mar. Anoche la busqué infructuosamente, porque ni había mar (ilusa de mí, creí que un lago serviría), ni tan siquiera luna llena.
Hoy leía en el blog de un buen amigo lo siguiente:
“Cuando hay tormentas, de esas que te producen tal espanto que lloras, siempre aparece alguien que, aunque no conozcas, te tiende esa mano que necesitas para afrontar el momento. Y esa persona se calla y no habla de sus sufrimientos para que el otro no se desvíe del buen camino”.
De nuevo aparece la comunicación y el encuentro con el otro como la solución a nuestras búsquedas infructuosas, como solución a nuestra desesperanza. Anoche no encontré la luna llena, pero hoy tuve cena, encuentro y buenos amigos. De esta forma, la ausencia del mar resulta menos amarga...
4 comentarios:
A mí me falta el mar delante de casa, acostumbrada a tenerlo a 5 minutos andando de casa y verlo desde casi todas las esquinas se hace raro estar rodeada de montañas y molinos de viento.
Hola, Leo:
Ya he vuelto de vacaciones. Siento la nostalgia de tu mar. Tal vez signifique algo más profundo o tal vez no. En el primer caso, toma nota por, si se va repitiendo, hacerle caso. En el segundo, tranquila, todos tenemos días nostálgicos. En todos los casos, ¡sigue disfrutando del presente y de la buena gente!
Itsaso! Bienvenida al blog. Yo el mar no lo tengo tan cerca, a unos 30 minutos de casa en coche, pero fíjate que ha sido aquí rodeada de las montañas, como tú, donde me he dado cuenta de lo que lo necesito.
eVa! gracias por tus palabras, últimamente me estás llevando a la "auto-reflexión", cosa que te agradezco... Tomo nota, buena nota.
un abrazo a las dos!
Leo!
Tu mar siempre estará aquí. La luna, también.
Y el "Por si acaso" está a son de mar, preparado para llevarte a verlos, al mar y a la luna, cuando tú quieras.
Quizá no está bien decirlo, pero esa nostalgia del mar es buena; es nostalgia de algo grande y bello.
Un abrazo desde el mar.
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