miércoles, mayo 31, 2006

Profesores-alumnos: ¿relaciones tormentosas?


Llevo tiempo dándole vueltas al trato que dispensamos a nuestros alumnos o, al revés, el trato que ellos nos dispensan a nosotros. Quizá sea ahora el momento adecuado dado que nos encontramos en el tramo final del año académico... Precisamente llego en estos momentos de dar mi última clase en este curso 2005-2006, así que, como estoy un poco triste, trataré de no dejarme llevar en exceso por mi estado de ánimo ;-)

Sitúo mi reflexión en el ambiente universitario al que pertenezco, concretamente en la carrera de Periodismo (enmarcada en la Facultad de Comunicación).

Respondiendo a la pregunta inicial, no creo que se trate de una relación excesivamente tormentosa, si bien alcanzar un cierto equilibrio no resulta fácil, menos aún cuando nos encontramos ante un profesorado joven cuya diferencia de edad con los alumnos no es muy elevada. Mostrar una actitud excesivamente distante resulta apático, frío, sin sentimiento, más propio de otro tiempo... Al contrario, tampoco creo que sea positiva la figura del profesor-colega, porque, aunque la universidad ha evolucionado y no es lo que era, no olvidemos que es una institución histórica, en pie desde el siglo XII, por lo que banalizar en exceso las relaciones que en ella se mantienen es ir en contra de su propia identidad y naturaleza. Y quien no se reconoce en la historia, no sabe ni tan siquiera quién es.

Entonces, ¿cuál debe ser el estatus en el que se desarrolle la relación del profesor con el alumno en la universidad? Creo que la clave está en la naturalidad. Ni más ni menos. Cuando empecé mi corta carrera docente, una amiga me dio un consejo que finalmente he desestimado porque hace tiempo déjé de creer en él. Me dijo algo así: "Dar clase es como escenificar una obra de teatro, es interpretar un papel, el que prefieras, pero interpretación al fin y al cabo".

De haber seguido su consejo
, hubiera terminado siendo un caso extraño de Dr. Jekyll y Mr Hide y quizá ahora escribiera este comentario desde el psiquiátrico...

Creo que el constante trabajo del profesor universitario (mucha investigación, preparación exhaustiva de clases, atención al alumno, formación contínua...) debe estar fundamentado en la naturalidad, en la normalidad, en el mostrarse ta cual ante los alumnos.

Quizá debamos reflexionar en que cuando fallamos en alguno de estos frentes las relaciones con los alumnos comienzan a ser tormentosas.

Por ejemplo, es posible que en ocasiones la poca preparación de clases o las propias lagunas en la formación del profesorado traten de ser solventadas con un trato diferente al alumno (ej., yendo de colega). O al revés. Una actitud artificialmente distante, puede reflejar muchas de las carencias que he señalado.

No sé, quizá vaya muy desencaminada... ¿Qué pensáis vosotros?

Un abrazo a todos y ánimo en el final de curso!!

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, es difícil llevar a cabo una relación distante y fría con un profesor q es a penas 5 años mayor q tú... estoy de acuerdo contigo en que hay que tener ante todo y sobre todo, naturalidad, ser uno mismo, eso sí, sin faltar jamás el respeto, ni el alumno al profesor, ni el profesor al alumno.
Yo, concretamentem estoy muy orgullosa con la mayoría de los profesores que me dan clase, de echo, el trato humano que nos dais, es muy motivante para que no nos rindamos.
Cuídate, besos y un big abra:
Spirit of dreams;) (f)

Leo García-Jiménez dijo...

María, Josua, Spirit... menuda aparición!!!! Qué alegría veros por aquí... Por cierto, María y Josua habéis abandonado vuestros weblogs... una pena, que prometían mucho :-(

Chicos, muchas gracias por los ánimos y por vuestros comentarios, que de verdad que no me los merezco.

Me queda todo, absolutamente todo por aprender, así que sois doblemente generosos...

Ánimo para vosotros también en este final de curso!

Un abrazo,

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Leo, en los tres cursos que llevo en esa universidad en la que no quiero estar desde el primer día, eres la segunda profesora que de verdad me ha motivado para estudiar.
En los primeros días de clase, un compañero me comentó que un día serías una excelente profesora, aunque de momento te veía muy "novatilla". Yo le dije que como no sabía absolutamente nada del tema de tu asignatura me parecías la persona más sabia del mundo.
Después de 9 meses cortísimos, te puedo decir que con tus clases he aprendido como estudiante y como persona.
En la vida he visto una clase en la que la gente haya suspendido con tanto gusto. Osea, no es que se hayan alegrado de suspender, es que se lo han tomado como un reto y realmente han intentado mejorar, cuando lo fácil hubiera sido irte con enfados a la revisión.
¿Por qué pasa esto?
Porque transmites una cantidad de optimismo que seguro ni tú podrías imaginar. Muestras confianza en cada uno de nosotros y no nos dejas abandonar.
Te lo juro, me has dado ganas de estudiar.

Pdt.:Me fijé el otro día en la falta de ortografía. Jajaja, te lo recordaré en el examen (pero cariñosamente).

Leo García-Jiménez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Leo García-Jiménez dijo...

Muchas gracias a la aparición censora. Mi falta, imperdonable... Hacía muchíiiiiiisimos años que no me corregían así. Es lo que tiene la "escritura irreflexiva"... Lección aprendida y un punto menos a este weblog.

Qué buena gente el último usuario anónimo! Me alegra que "hayamos conectado", pero ten en cuenta que no con todo el mundo ha sido así, por lo que habrá alumnos que piensen todo lo contrario. Venga, el día del examen me sacas los colores, pero yo a ti también, que "osea" es separado ;-) (del verbo ser)

La verdad es que no suelo corregir las faltas de ortografía de la gente que participa en el blog... En fin, empezaré a hacerlo.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

¡Ostras es verdad!
Qué fuerte, ni me había dado cuenta.
Pero bueno, tengo a mi favor que no sabes quién soy, así que...

Leo García-Jiménez dijo...

jajajajajajaja!

Pero qué morro!!

Es que parto con una desventaja considerable, pues muchas veces el debate lo mantengo con interlocutores totalmente anónimos. NO es este caso, pero ha habido ocasiones en los que la polémica ha sido importante y he estado debatiendo durante días con "entes fantasmagóricos"!

BUeno, esto es lo que tiene el mundo blogger.

En fin, "gran anónimo", tú dirás si finalmente decides dar el paso o no. Por ahora, me he reído un buen rato contigo.

Bye!

Anónimo dijo...

Anónimo 2

Bueno.., por lo que veo aquí todo el mundo se lleva de fábula con señorita Leo. Pero como todo mortal tiene sus fallos. Quizás con tantos piropos más que hacerle un bien se le puede perjudicar. Me acojo a lo que la sabiduría popular dice: "si quieres eliminar una virtud, ensálzala hasta que desaparezca".

Señorita Leo, sin ánimo de venganza o chulería por mi parte, permítame darle este consejo: es cierto que muchos alumnos la aprecian por su forma de ser profesora e impartir las clases. Sin embargo no se olvide que los suspensos cuestan algo más de 400euros. Y aunque hay ciertos niños de papa que se pueden costear, tantas veces que quieran, los INSUFICIENTES, otros menos afortunados vemos con impotencia y rabia como nuestro trabajo se va por la borda cuando suspendemos por no saber la combinación ganadora de la relación de términos en sus ya conocidos exámenes.

Una vez un profesor nos hizo a todos la siguiente distinción: la calidad del profesor no se mide por el número de suspensos, sino por la cantidad de alumnos que le llaman maestro.

Aquí hay muchos que la alaban. Y quizás con motivo. No lo sé. Pero aún no he conocido a nadie que le llame maestra. No es cuestión de edad, se lo aseguro.

Su manera de dar clase puede estar bien y, posiblemente, sea la más acertada. Pero acierte también en la valoración y en el espfuerzo que la mayoría pone en su asignatura.

¡¡Mucha suerte!!

Leo García-Jiménez dijo...

Anónimo 2:

Estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que has dicho.

La única cuestión que no me hace estar totalmente de acuerdo es en lo de la combinación ganadora: no se trata de jugar a la bonoloto, simplemente de plasmar los conocimientos en un papel. De haber combinaciones ganadoras, como tú dices, habría tantas como formas de pensamiento.

En todo lo demás, comparto lo que has expuesto.

Evidentemente, nadie me llama maestra porque no lo soy. No soy maestra y te aseguro que todavía me quedan muchísimos años ( si es que algún día alcanzo ese estatus). La verdad es que yo sí que creo que es en parte una cuestión de edad (aunque no solamente), puesto que para ser maestro debes tener una gran experiencia de vida, así como experiencia docente e investigadora. El saber entendido no solamente como acumulación de conocimientos, sino como una forma más de sabiduría. Y para eso hace falta mucho trabajo (cultivo del intelecto), pero también años...

Ahora podríamos discutir sobre uno de los problemas más graves que, desde mi punto de vista, tienen las universidades jóvenes como es la escasez de maestros (en el sentido más excelente de la palabra).

Por ottra parte, también es cierto que la calidad de un profesor no se mide por el nivel de suspensos. Claro que no!!!!! Al contrario, cuando el número de suspensos es muy elevado, parte de esa responsabilidad recae en el propio profesor, de eso no me cabe la menor duda.

Y es ahí donde, anónimo 2, creo que das en la clave y por esto te agradezco sincermanete el comentario: cuando termino el curso siempre tengo la sensación de que los alumnos podrían haber dado mucho más, que podrían haberse esforzado más...

Muchas gracias por la suerte, yo a ti también te la deseo. Gracias también por el comentario: la crítica es una herramienta necesaria y útil.

UN abrazo!!

Anónimo dijo...

Ahora que ya ha pasado el "temporal" da igual que diga quién soy.
Me alegra que por lo menos te rieras un rato porque significa que mi visita al menos sirvió para algo,y una sonrisa de vez en cuando, nunca viene mal.
Con mi visita no pretendía más que dejar un comentario cariñoso, que levantan mucho la moral en estas fechas.
En serio, sigue así.
Pasa un feliz verano y mucha suerte para terminar tu tesis.
Saludos, María G.

Leo García-Jiménez dijo...

María, muchas gracias... Los ánimos para estar con la moral arriba se agradecen doblemente,que la tesis desgasta demasiado.

Buen verano a todos!!!

Armando Rocha dijo...

Leo García Jiménez, te felicito por el atinado contenido de tu blog.

Soy mexicano, tengo 27 años, y al igual que tú, también, soy profesor en la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

Anónimo dijo...

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Generic Soft Tabs dijo...

Interesante informacion yo pienso que la relacion estudiante- profesor y viceversa es muy dificil porque les cuesta mucho tener una buena relacion pero esto deberia de cambiar

Anónimo dijo...

Bonjorno, cienciaycomunicacion.blogspot.com!
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