Pisa, pisa... Cada tres años la OCDE nos da un buen pescozón en su conocido informe para medir el nivel cultural de 57 países (el periódico el país ha tratado muy bien el tema). Y España, como siempre, vuelve a estar entre los más bajos. Y peor aún. Somos el país que más ha descendido desde el último estudio, que fue en el año 2003.
Estamos mal en todo, aunque la carencia más sangrante es en lo relativo a la lectura, a la capacidad de comprender, usar y analizar textos. Me da la sensación de que no leemos ni por una apuesta, lo que es sinónimo de subdesarrollo y decadencia. Avanzamos económicamente (la última década ha sido muy favorable), pero retrocedemos culturalmente. Curiosa paradoja. A mayor bienestar, más zopencos nos volvemos.
Una de las causas argüidas es la utilización de las nuevas tecnologías, hecho que empobrece enormemente el lenguaje y deja a la lectura en un segundo plano. Y más. Fomenta los conocimientos superficiales y fragmentados. Todo lo contrario a la auténtica cultura.
Estamos buenos. Ahora, quizá, lo interesante sería responder a la pregunta... y tú, ¿también estás en las alarmantes estadísticas que recoge PISA? Es decir, ¿son esas estadísticas representativas de la realidad española? ¿Solamente reflejan la pobreza intelectual de los adolescentes, o hay que llegar más allá y hablar de pobreza cultural a nivel general?
El asunto se las trae...
2 comentarios:
Anda que sí; yo me desayuné esa noticia el otro día. ¿Escuchaste la explicación que daba el presidente? De risa.
Sí, el "retraso histórico"... NO sé muy bien a qué se refiere nuestro presi (retraso histórico en los institutos de los 70, donde la formación era más de corte universitario que escolar???), pero la cuestión está en echar balones fuera.
Si es una cuestión de retraso histórico, entonces lo mejor es no hacer nada, quedarnos de brazos cruzados hasta que los adolescentes de hoy en día, que estos sí que están recibiendo una formación excelente, sean padres, entonces no habrá retraso histórico, simplemente rebuznaremos o con un poco de suerte, le votamos a él, que al final y al cabo es de lo que se trata.
la clase política española deja mucho que desear... Cada vez tenemos unos políticos más mediocres y ruines.
PUede que ésta sea la gran crisis de la democracia española: que todos los partidos políticos generan el mismo desprecio, la misma antipatía porque percibimos que todos son iguales (¿se puede saber por qué la gran PIlas del Castillo no consensuó la reforma educativa y la aprobó, por sus narices, solamente con los votos del PP?)
Lo repito. Apañados vamos.
Publicar un comentario