lunes, febrero 25, 2008

El amor es una acción cósmica

Estoy leyendo estos días la obra de Martín Buber "Yo y Tú" (1998, Caparrós editores). Son muchas las sugerencias para seguir ahondando en el sentido de la comunicación... NO tengo que decir que me está encantando: el pensamiento de BUber es casi casi poético...
El caso es que hay una cita de un humanismo que emociona, que cala, que llega. Dice sobre el amor lo siguiente: "Los sentimientos habitan en el ser humano; pero el ser humano habita en su amor. Esto no es una metáfora, sino la realidad: el amor no se adhiere al Yo como si tuviese al Tú sólo como objeto, sino que está entre el Yo y el Tú. Quien no sepa esto, quien no lo sepa con todo su ser, no conoce el amor (...) El amor es una acción cósmica. A quien habita en el amor, a quien contempla en el amor, a ése los seres humanos se le aparecen fuera de su enmarañamiento en el engranaje; buenos y malos, sabios y necios, bellos y feos, uno tras otro, se le aparecen realmente y como un Tú, es decir, con existencia individualizada, autónoma, única y erguida; de vez en cuando surge maravillosamente una realidad exclusiva y entonces la persona puede actuar, puede ayudar, sanar, educar, elevar, liberar" (p. 21).

6 comentarios:

Ruth dijo...

Es una definición del amor bastante pensada. No obstante, como ya digo en mi perfil, describirse es limitarse y por eso nunca me he planteado describir el amor con palabras.
Es algo que se vive sin más,aunque es bonito de vez en cuando ver la visión que tienen los demás de él.
¿Cómo podría definirse el desamor? ¿Cómo la acción cósmica interrumpida, destrozada, aniquilada?¿Puede ocurrir eso con una acción cósmica? Son muchas las preguntas que me asaltan al pensarlo.
Muy buena entrada, da que pensar.
Un saludo

Leo García-Jiménez dijo...

Qué bien me lo paso con tus preguntas :-)

Buber dice que la relación auténtica es la del Yo-Tú, esto significa ver al otro como una prolongación de tu propio ser, como la reunión, la fusión, el ser entero, no ver al otro como algo ajeno a ti, como un objeto (a este último él lo define como el Ello, en vez del Tú). Hablamos de relaciones en general (sea pareja, amigo, padre, compañero...).

¿Es posible interrumpir la acción cósmica? Madre mía, la pregunta se las trae... Tengo que pensarla más. Creo que no. El amor supone amar al otro como ser humano que es (por tanto estaría por encima del desamor: aunque no haya enamoramiento sigues amando al otro porque es persona autónoma, diferente a las demás...).

Ahora bien, una cita que me hace dudar es la siguiente: dice BUber "la melancolía de nuestro destino es que todo Tú haya de convertirse en Ello". Es decir, que todo Tú (aquél ser con el que formas un único ser entero) se convierta en una cosa, un objeto (la otra persona ya no foma parte de ti, ya no es alguien individual y distinto, sino uno más, alguien ajeno a tu propio ser).

Seguimos...

Ruth dijo...

Dices:
"Ahora bien, una cita que me hace dudar es la siguiente: dice BUber "la melancolía de nuestro destino es que todo Tú haya de convertirse en Ello". Es decir, que todo Tú (aquél ser con el que formas un único ser entero) se convierta en una cosa, un objeto (la otra persona ya no foma parte de ti, ya no es alguien individual y distinto, sino uno más, alguien ajeno a tu propio ser)."
¿No podría ser este el desamor?
El momento en el que ésa persona que formaba parte de ti pasa a ser alguien ajeno a ti.
Da muchisimo que pensar este libro, me están dando ganas de leérmelo. ¿Ya lo has terminado? A ver si estamos aventurando cuando todavía no sabes el final...jeje!
Un saludo!

Leo García-Jiménez dijo...

NO me extraña, Ruth, es que lo que dice BUber es maravilloso... Me está "iluminando" bastantes cosas sobre la comunicación... Es un libro con un formato diferente pues son ideas expuestas por párrafos. Me da que es una obra para leer en alto y en compañía. Todavía no me lo he terminado, si localizo alguna idea que nos dé más pistas, la colgaré en el blog.

Es probable que el desamor sea esa ruptura, aunque lo ideal sería que ni tan siquiera un desengaño amoroso lograr romper la relación con el otro, con el Tú.

Estas últimas horas están siendo intensas, eh?

Anónimo dijo...

¡Leooooooooooooooooo!

Tu filósofo de cabecera no ha leído "Yo y tú"... de manera que no puede precisar más de lo que tú estás haciendo, con citas y todo. Sí puedo hacerme una idea de lo que Buber entiende por "acción cósmica": el amor -continúa justo después del fragmento que reproduces- "es responsabilidad de un yo por un tú: en esto consiste la igualdad (y no ningún tipo de sentimiento) de todos lo que se aman". O sea, que el amor (a) no es un mero sentimiento, sino una acción; (b) esa acción implica responsabilidad por el otro, lo cual conduce a (c) un movimiento de "igualación" cósmica: gracias al amor, el más desprotegido puede ser guarecido, el más débil puede ser fortalecido. El amor entendido como mero sentimiento no trae consigo nada de eso: es una tendencia del uno hacia el otro, un anhelo de contacto y atención que no tiene porqué implicar un compromiso activo. Buber afronta la realidad interpersonal -no meramente afectiva, sino activa- del amor.

En este sentido, quizá sí sería posible interrumpir la "acción cósmica". No se trata de una ley de la Naturaleza, aunque la expresión casi lo sugiera. Es un producto de la libertad, y como tal puede ser rechazado, abortado, cercenado. Y ése sería el desamor, que tanto interesa a Ruth. Ese "convertirse del Tú en Ello" es el fenómeno humano sobre el que han reflexionado en profundidad varios existencialistas. Pienso, por ejemplo, en J.-P. Sartre con su análisis de la experiencia del "ser mirado por el otro", que ejemplificó en su obra de teatro "A puerta cerrada". En la relación personal no sólo encontramos un movimiento del yo al tú y del tú al yo, sino que cada uno de los actores es consciente de que el otro le observa, se siente mirado, objetivado; de ahí la idea de Sartre de que no podemos escapar a la objetivación por parte de los otros. Sartre llevó esto hasta el extremo, hasta la situación en la que la objetivación es tan asfixiante que impide mi libertad: en esta situación no puedo escapar a la cosificación, estoy encadenado a la imagen y los requerimientos del otro - "el infierno son los otros", en famosa expresión de "A puerta cerrada". (Por cierto, Eduardo Bello ha escrito una buena introducción a este asunto en su capítulo del libro bergmaniano que he coordinado con Pablo, en el que pone en relación a Bergman con el existencialismo de Sartre; el libro sale a principios de abril :)

Eso coincide con la objetivación cosificante de la que habla Buber: con ella se impide una relación en libertad mutua - y, por lo tanto, el amor. El personalismo cristiano recogió esta idea para aplicarla a Dios: sólo un amor infinito puede dejar al otro en una libertad plena, sin cosificarle ni exigirle nada.

Todo esto es muy sugerente. Tu blog ha tomado un inesperado cariz buberiano y dialógico. ¡Enhorabuena!

Pedro

Ruth dijo...

¡Vaya! Me he quedado sin palabras, y no es algo que suela ocurrir muy a menudo.
Entre otras cosas, porque me da la sensación de que Pedro ha sabido resolver la extraña duda que tuve al leer el post que habias colgado, Leo.
Es tremendamente interesante ver el amor desde la perspectiva de una acción que trasciende todo deseo de atención y ternura, al margen de lo que es como sentimiento. Jamás se me habría ocurrido concebir el amor sin pensar en el sentimiento, aunque si se tiene en cuenta que como acción podemos conjugar el verbo "amar" no es tan descabellado.
Muchas gracias por la intervención, Pedro.
Un saludo