domingo, junio 22, 2008

La muerte

Hace una hora, una de mis mejores amigas me enviaba un sms para darme la noticia que todos llevábamos esperando desde hacía meses: su padre ha muerto, "nos ha dejado", me ha dicho textualmente. Cuando pienso en la muerte, siempre me viene a la memoria la clase en la que mi profesor de historia del arte en COU, José Antonio Conesa (HH. Maristas la Merced), nos decía que la muerte humilla al hombre porque éste sabe que no puede vencerla, porque éste sabe y conoce de antemano que perderá esa vital batalla. Claro, él nos explicaba a través del arte cómo algunos autores han concebido así la muerte y cómo la han plasmado en sus obras. Obviamente, esa concepción está desprovista de cualquier tipo de dimensión religiosa, porque para la religión católica, por ejemplo, sí que es posible alcanzar la victoria en esa batalla.

Pienso en mi amiga, en la muerte y no soy capaz de decir nada. Ni tampoco veo consuelo posible, ahora, en estos momentos, en el justo momento en el que se produce el paso de la vida a la muerte. Ahora no. Quizá más tarde. Y me pilla, maldita casualidad, escribiendo sobre la realización de la existencia, sobre la autenticidad e inautenticidad de la misma. Y sigo sin poder decir nada.

11 comentarios:

María dijo...

Nunca dejará de sorprenderme la entereza de la gente cuando te dan una noticia así. ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Silencio y estar a la vista.

Leo García-Jiménez dijo...

Sí, es cierto, yo tampoco sé nunca qué decir, acaso no haya que decir nada y por eso lo mejor sea guardar silencio...

Ruth dijo...

En esos momentos sí es cierto que no valen las palabras. Lo mejor que se puede hacer es estar, sin más.
En cuanto a lo de vencer en la batalla, no comparto la visión de esos autores que nombraba tu profesor. La vida es una batalla. La muerte, el fin de la misma, es decir, la paz. Eso es lo que yo creo.
Un saludo.

Leo García-Jiménez dijo...

La muerte como paz... O es por la herencia del pensamiento juedeocristina ("la paz eterna") o, si no tienes esta dimensión religiosa, supone una visión excesivamente pesimista de la vida.Incluso creyendo en el más allá, yo creo que nadie se quiere ir para el otro barrio, no?

Me contaron de un velatorio en el que los familires del fallecido cantaban y tocaban la guitarra. Me pareció un horror que no entendí ni entiendo.

La muerte como descanso no lo veo ¿quién quiere morirse? Bendita batalla la vida!

Ruth dijo...

¡Nadie quiere morirse! Pero cuando pasa el tiempo y ves que cada día aguantas menos de pie, que siempre es lo mismo, que es una gozada estar vivo, sí, pero que también tienes que vivir la experiencia de la muerte...todo eso te hace reflexionar.
Al fin y al cabo, no quieres morirte, pero tampoco puedes tener una vida plena por muchos años que vivas.
En cuanto a lo de la muerte como paz...no lo veo como algo cristiano (Dios sabe que no pienso mucho en Él y que, cuando lo hago, soy algo escéptica), sino más bien como un final. Verás, nos pasamos la vida luchando por cada cosa. Por eso, estando muerto, ya no tendrás nada que conseguir. Siempre serás lo mismo, siempre serás recordado de la misma manera, no habrá novedades, no habrá sufrimiento (aunque tampoco alegrías)...por eso es por lo que digo que habrá paz: porque no habrá nada (O puede que sí, pero tampoco me voy a meter en ese tema). No sé si me explico.
En cuanto a lo del velatorio con guitarras, creo que es como una cosa que me dijeron hace mucho tiempo que en un sitio (no recuerdo dónde) despedian a los muertos con marchas como "Saints go marching in" y cosas así. Celebran que haya pasado a una vida mejor, creo que eso es lo que hacían.
Si esa era su creencia, no creo que montaran un fiestorro delante del muerto faltándole al respeto.

Anónimo dijo...

Mi vision de la muerte se resume en una frase de Woody Allen "No es que tenga miedo a la muerte, es que no quiero estar ahí cuando suceda"

Anónimo dijo...

Tengo una amiga que me dice ke, kuando muera, no quiere que lloremos su pérdida, ni que hagamos el paripé en un velatorio en el que la mayoría de gente esté ahí sin sentirlo…que nos vayamos de fiesta, dice, que la recordemos todos juntos, que brindemos por ella rememorando lo bueno que aportó a nuestras vidas… Yo no sé si sería capaz de hacerlo, pero eso es lo de menos. Lo de más es que está claro que la gente nace y muere, y hay que intentar aceptarlo con la mayor naturalidad posible. En fin, que no digo que seamos de piedra, pero que no hay que “caotizar" las situaciones, aunque sea una pena decirle a alguien el adiós definitivo.

Leo García-Jiménez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leo García-Jiménez dijo...

Buenas a todos!

Por partes.

Ruth, no, no montaron un fiestorro, pero no me entra en la sesera cantar ante la muerte un ser querido, porque es horrible pensar que no vas a ver más a una persona. Y no me vale la fe y el más allá, esto puede consolar y dar esperanzas, pero el sufrimiento del momento no te lo quita ni el tato. Así que no digo yo que haya que estar llorando, pero tocar la guitarra me parece pelín esperpéntico.

Entiendo lo que dices, pero cuando hablas de "por eso es por lo que digo que habrá paz: porque no habrá nada", no puedo compartirlo contigo, eso de equiparar la paz al vacío, porque la nada, la inexistencia, es lo más terrible que hay porque ya no somos. Pero bueno, sé a lo que te refieres, que no quiero ponerme puntillosa :-)

Comunicólogo, estoy contigo y Allen: que a mí tampoco me llamen.

Y Manuela, ¿irte de copas si una amiga muere? Tu amiga no sabe lo que dice! Eso es muy murciano, lo del "alboroque", irte de vinos después del entierro o el velatorio. Y fíjate que yo sí veo el caos ante la muerte de mi gente, el caos y sin sentido total... Estoy convencida de que tu amiga lo dice porque es ella la que muere, pregúntale si al revés haría lo mismo ;-)

un abrazo a todos!

Anónimo dijo...

Antes era para mí la muerte el final de una persona, pero sobre todo,el inicio de un largo camino lleno de sufrimiento, lágrimas, dudas, preguntas sin respuesta, impotencia y rabia, mucha rabia para los que sufren la pérdida.
Con el tiempo he comprendido que si no queremos que tu vida se vaya junto a la de la persona que muere es necesario interiorizar que la muerte es necesaria, es ley de vida, a veces es injusta, pero hay que aceptarla como viene; sin duda seguiremos sufriendo, pero siempre siendo conscientes de que nosotros estamos aquí aún. Por lo tanto, lo único que podemos y debemos hacer es permanecer junto al que sufre, porque algún día nosotros sufriremos.

María dijo...

Lo pasé bastante mal en el último entierro al que fui. Fue en una fecha muy señalada, un día de fiesta. Fuimos a la misa, lo enterramos y luego nos fuimos. Nos fuimos a la playa y comimos fuera. Me parecía tan mal... No era una celebración, ni mucho menos, además, tampoco vas a dejar de comer para siempre pero... yo personalmente necesito algo de tiempo. Llegas al restaurante, o a la calle, o a donde sea, y ves a toda la gente ahí, de celebración, haciendo su vida normal,mientras tú vienes de dejar un trozo de ti, de tu vida, de tu historia, metido en una caja para siempre. ¿Cómo pensar en "paz" en un momento así?
Pdt.: Perdón por el pesimismo, serán las pastillas de la muela.