Acabo de aterrizar de San Diego (del congreso de la NCA-National Communication Association) y en estos momentos preparo thanksgiving (acción de gracias), dado que durante toda esta semana estamos de vacaciones en la uni. La verdad es que mi aportación a la cena sera principalmente de carácter enologico, tema bastante recurrente a lo largo de mis ultimas entradas… Comprar vino tinto de Jumilla (Luzón y Juan Gil) y vino blanco de Rioja (Marques de Cáceres) me llena de satisfacción. Asi que esa será mi aportación, vinos de mi país, no por nada, sino porque son los mejores del mundo.
Bueno, el caso es que quería escribir sobre las tendencias predominantes en la investigación de la comunicación aquí en Estados Unidos porque, lo sabemos, hablar de tendencias en USA es hacerlo de las tendencias dominantes en el mundo. Dejo este post para la semana que viene, aunque puedo adelantar algo: la orientación hacia lo cualitativo y lo etnográfico es la nota mas característica.
Pensando estaba en el avión en los asuntos mas destacados del congreso (hubo de todo, hasta discusiones acerca de los matrimonios homosexuales) cuando, al aterrizar, me encuentro con el blog de Pedro Jesús Teruel y dos excelentes post acerca de la situación de la universidad española. Y no he podido evitarlo. Es superior a mis fuerzas. Necesitaba volver sobre esta, ya vieja, cuestión.
Las entradas de Teruel rayan siempre la excelencia. Y sus dos ultimas reflexiones acerca del sistema universitario están, por supuesto, en la misma línea. Dice Teruel, al hilo de la celebración del día mundial de la filosofía, que la filosofía, es decir, “el espíritu critico, la reflexión rigurosa”, no interesa al mundo político, ni al mediático, ni siquiera al académico (¡!!!!!): “El famoso sometimiento de la Universidad a los dictámenes de las empresas no parece un gran caldo de cultivo para el pensamiento (¡pobre Humboldt!). Como si la Universidad no estuviera llamada a liderar corrientes de ideas, a abanderar transformaciones, a ayudar a la sociedad a superarse a sí misma. A buscar la sabiduría, en suma”. Puedes leer el post entero aquí.
Acerca de la tan traída convergencia de Bolonia, Pedro cita dos artículos de opinión publicados en el periódico El País (La calidad de las humanidades, de Adela Cortina y la descomposicion de la universidad, de Jose Luis Pardo), también mi articulo publicado en UNIDAD (Bolonia y el fin de la universidad espanyola), que ponen en evidencia la deriva hacia la que nos dirigimos. La cuantificación de la evaluación del profesorado; “la destrucción de las articulaciones teóricas y doctrinales de la investigación científica para convertirlas en habilidades y destrezas cotizables en el mercado empresarial”; el carácter de formación profesional de la universidad española… Son solo algunas de las notas que en estos momentos caracterizan a la educación “superior” española.
Por eso me pregunto: pero qué narices estamos haciendo en la universidad???? Las prisas por adaptarnos a Bolonia, el llegar los primeros, el “que no se diga que no estamos a la altura europea”… Todo esto esta generando algunos planes de estudio (aunque no todos, esa es la verdad) que son una autentica mierda (perdón, de verdad, lo siento, no puedo evitarlo), planes carentes de reflexión, de discusión y lo que es mas importante, carentes de una autentica meta humana que abogue por la excelencia.
Bueno, el caso es que quería escribir sobre las tendencias predominantes en la investigación de la comunicación aquí en Estados Unidos porque, lo sabemos, hablar de tendencias en USA es hacerlo de las tendencias dominantes en el mundo. Dejo este post para la semana que viene, aunque puedo adelantar algo: la orientación hacia lo cualitativo y lo etnográfico es la nota mas característica.
Pensando estaba en el avión en los asuntos mas destacados del congreso (hubo de todo, hasta discusiones acerca de los matrimonios homosexuales) cuando, al aterrizar, me encuentro con el blog de Pedro Jesús Teruel y dos excelentes post acerca de la situación de la universidad española. Y no he podido evitarlo. Es superior a mis fuerzas. Necesitaba volver sobre esta, ya vieja, cuestión.
Las entradas de Teruel rayan siempre la excelencia. Y sus dos ultimas reflexiones acerca del sistema universitario están, por supuesto, en la misma línea. Dice Teruel, al hilo de la celebración del día mundial de la filosofía, que la filosofía, es decir, “el espíritu critico, la reflexión rigurosa”, no interesa al mundo político, ni al mediático, ni siquiera al académico (¡!!!!!): “El famoso sometimiento de la Universidad a los dictámenes de las empresas no parece un gran caldo de cultivo para el pensamiento (¡pobre Humboldt!). Como si la Universidad no estuviera llamada a liderar corrientes de ideas, a abanderar transformaciones, a ayudar a la sociedad a superarse a sí misma. A buscar la sabiduría, en suma”. Puedes leer el post entero aquí.
Acerca de la tan traída convergencia de Bolonia, Pedro cita dos artículos de opinión publicados en el periódico El País (La calidad de las humanidades, de Adela Cortina y la descomposicion de la universidad, de Jose Luis Pardo), también mi articulo publicado en UNIDAD (Bolonia y el fin de la universidad espanyola), que ponen en evidencia la deriva hacia la que nos dirigimos. La cuantificación de la evaluación del profesorado; “la destrucción de las articulaciones teóricas y doctrinales de la investigación científica para convertirlas en habilidades y destrezas cotizables en el mercado empresarial”; el carácter de formación profesional de la universidad española… Son solo algunas de las notas que en estos momentos caracterizan a la educación “superior” española.
Por eso me pregunto: pero qué narices estamos haciendo en la universidad???? Las prisas por adaptarnos a Bolonia, el llegar los primeros, el “que no se diga que no estamos a la altura europea”… Todo esto esta generando algunos planes de estudio (aunque no todos, esa es la verdad) que son una autentica mierda (perdón, de verdad, lo siento, no puedo evitarlo), planes carentes de reflexión, de discusión y lo que es mas importante, carentes de una autentica meta humana que abogue por la excelencia.
Señores, de qué se trata? De adiestrar en técnicas a nuestros alumnos para que sepan manejar un programa informático? No podemos tener las miras mas altas? No podemos hacer honor al autentico espíritu universitario y abogar por formar mentes libres, criticas que revolucionen la sociedad contemporánea y aboguen por construir un mundo mejor? Si no es en la Universidad, donde narices vamos a trabajar por la excelencia? Donde queda la utopia, la aspiracion a que es posible construir un mundo mejor?????????????????
Tenemos la solucion: pensamiento, pensamiento, pensamiento!!!! formacion en pensamiento social, teorico, filosofico...
Si formamos técnicos bien adiestrados, estamos retroalimentando el sistema, sus mismas lógicas (capitalistas, instrumentalistas, tecnicistas, anti-humanistas, superficiales…) y estamos a la vez cargándonos la autentica misión de la universidad.
¿Que podemos hacer los académicos que no compartimos la adaptación que se esta haciendo a Bolonia? Se me ocurren varias opciones:
1. Largarnos de España a otros sistema educativo que esten mas en la línea de nuestras propias "creencias academicas". Esta opción no me gusta nada, la siento como la del “exilio del poeta”.
2. Permanecer en la universidad española ejerciendo la critica, tratando de cambiar la orientación, aunque sepamos que sirve más bien de poco y nos granjeemos con ello la posible antipatia de nuestros jefes (decanos, vicedecanos, directores y demas familia).
3. No hacer nada. Simplemente, seguir al frente de nuestros puestos de trabajo tratando de soplar un poquito de aire teórico y filosófico en nuestras clases.
Por esta vez no tengo la respuesta. Es como un juego, siempre que hago una pregunta, en clase por ejemplo, suelo tener mi propia respuesta, la pregunta es una invitación a mirar hacia otras respuestas posibles. Pero hoy, lo siento, no la tengo.