Pero no, no, esta no es la situación en España. En Estados Unidos están que se suben por las paredes con un 10% de paro (ya sabemos lo mermada que anda la popularidad de Obama). En España vamos por el 19% (preparados estamos para el 20%), aunque Murcia, mi Región, ya se ha metido en el 22%. Tenemos índices de desempleo de países en vías de desarrollo. Y desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional no paran de darnos toques de atención porque nuestra desastrosa situación es un auténtico lastre para el resto de la Unión Europea. Estamos metidos en el mismo saco que Portugal y Grecia, lo que ya es bastante preocupante (las veces que he visitado estos países he sentido realmente que estaba en el segundo mundo).
El problema de España es El Problema, histórico, agravado generación tras generación por una clase política incapaz de innovar, de preveer y de superar la trayectoria descendente desde el desastre del 98. Pérdida de colonias, dictaduras militares (Primo de Rivera primero) y una República (I y II) inestable que desembocó en lo que la trayectoria y el contexto histórico había fraguado: la dictadura franquista. No, no creo que la dictadura de Franco fuera simplemente una mala jugada del destino (o del conservadurismo rancio y militar), sino que creo fue la circunstancia histórica que parió nuestra propia historia desde el desastre de Cuba (e incluso desde antes).
El desastre del 98 nos dio en las narices un buen mamporro, porque la mayor parte de nuestra clase política no lo vio hasta que no lo tuvimos encima, negaban la evidencia denunciada, entre otros, por los intelectuales (¿no suena esto un poco a Zapatero y su negacionismo frente a la crisis? Concretamente, el 7 de febrero de 2008 ya desayunábamos con la perspicaz visión de nuestro presidente).
Hoy, desde la lejanía, entiendo más que nunca las palabras de Unamuno, quien murió en su casa arrestado tras criticar, ante los militares golpistas, la acción violenta de los sublevados durante nuestra guerra civil: "Me duele España (...) ¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!".
4 comentarios:
Me ha parecido un gran post. Como es inevitable en un académico, añadiría un matiz: "El Problema de España es siempre el mismo problema: pero ahora es especialmente grave". Y la situación de la Universidad no es ajena a "El Problema": de alguna manera es su reflejo, y, al menos en parte, también su causa. Tampoco soy amigo del dramatismo, pero no puedo dejar de reconocer que esto (la parte de la Universidad española en el "Problema") me deprime un poco. Es un consuelo encontrar análisis lúcidos y tranquilos como el tuyo (éste es, lo reconozco, un consuelo muy "académico").
"El Problema" es un buen contenido para del Desayuno de oración (y lo digo sin ironía).
Gracias, enhorabuena y un saludo.
Manuel: qué alegría recibir tu feedback. Gracias. Sí, supongo que todos (especialmente las instituciones sociales), de alguna manera u otra, colaboramos en esta situación. Para mí, sería como una especie de perspectiva ecológica en la que todo está interconectado. Pero quizá también por eso mismo hay todavía espacio para la esperanza, ¿no te parece?
Mucho ánimo,
otro saludo para ti,
Hola, Leo:
¿Quieres decir que "el problema de España" es que nos autoengañamos (no queremos ver las realidades negativas) o que los que están en el poder hacen que no las ven porque así "sacan tajada" de la situación, en detrimento del resto de la ciudadanía?
Un abrazo y gracias por tus reflexiones, que son muy muy interesantes.
Buenas Eva!
Sí, quiero decir que el problema de España es una carencia nuestra (quizá tenga que ver con nuestra cultura y modo de vida) que nos imposibilita para ver un poco más allá, adelantarnos a los acontecimientos, entender qué está sucediendo. QUizá sea un poco de falta de conexión con la realidad, aunque no estoy segura, tendría que pensar más sobre eso (pienso en Aznar y sus motivos para apoyar la guerra de Irak; pienso en Zapatero y ese ataque a España de poderes oscuros y financieros del que habla últimamente).
¿Hay un especial interés por parte de los políticos para no querer ver? Quisiera pensar que no, sería muy triste aceptar esa mala intención voluntaria y a conciencia, porque si tienen un poco de decencia-vergüenza, las catástrofes políticas o humanitarias de las que son en parte responsables (crisis del 98, guerra de Irak, actual crisis económica) deberían causarles, cuanto menos, una terrible crisis de conciencia. O una úlcera de estómago, que para el caso es lo mismo.
gracias por pasarte por aquí!
un abrazo,
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