No sé, tengo la sensación de que con cada nuevo comentario me meto en callejones sin salida. Pero... ¡benditos callejones!
Es posible que la Universidad haya perdido parte del espíritu que la impregnó en otra época. Realmente creo que la Universidad es la cuna -cuasi sagrada- del saber; el espacio perfecto y autónomo (del poder político, religioso, etc.) para la construcción del conocimiento; la formación intelectual y espiritual; la potenciación de la libertad de espíritu, del espíritu crítico...
Es posible que la Universidad haya perdido parte del espíritu que la impregnó en otra época. Realmente creo que la Universidad es la cuna -cuasi sagrada- del saber; el espacio perfecto y autónomo (del poder político, religioso, etc.) para la construcción del conocimiento; la formación intelectual y espiritual; la potenciación de la libertad de espíritu, del espíritu crítico...
En realidad, el universitario debería ser aquella persona que piensa y piensa por sí misma, que critica, que comprende la realidad y el mundo, con toda la complejidad que ello entraña. La pregunta es: ¿qué queda de todo esto en la Universidad del siglo XXI?
Es muy probable que la profesionalización de la Universidad, en el sentido de regir a la Universidad en función de los títulos que demanda el mercado, haya provocado la pérdida, en parte, del espíritu universitario "tradicional". La convergencia de Bolonia (el espacio único europeo de educación superior) hacia la que nos dirigimos quizá no ayude demasidado a contrarrestar esta tendencia, al contrario, quizá la fomente.
Es muy probable que la profesionalización de la Universidad, en el sentido de regir a la Universidad en función de los títulos que demanda el mercado, haya provocado la pérdida, en parte, del espíritu universitario "tradicional". La convergencia de Bolonia (el espacio único europeo de educación superior) hacia la que nos dirigimos quizá no ayude demasidado a contrarrestar esta tendencia, al contrario, quizá la fomente.
En el caso concreto de las Facultades de Comunicación, la profesionalización queda reflejada en la potenciación de la formación técnica, dejando en un segundo plano (o en un tercero, o casi desapareciendo) la formación teórica. En nuestras facultades, éste es un lastre que arrastramos desde que se fundaran allá por la década de los 70. Nos hemos dedicado a ser "escuelas técnicas" en Comunicación, lo que queda bastante lejos de la formación profunda y del conocimiento que debe poseer el profesional que ejerce algún trabajo relacionado con el mundo de la Comunicación (medios de comunicación, gabinetes, asesoramiento, industrias culturales, etc.).
En este sentido, la asignatura de Teoría de la Comunicación, o mejor dicho, la asignatura de Teorías de la Comunicación, es una de las "bestias negras" de la carrera. El ámbito más teórico de la comunicación no suele despertar muchas simpatías, debido precisamente a que no se le ve utilidad (técnica) ninguna. Tremendo error.
Aquí está la clave de todo. Desde el punto de vista de la docencia, ¿para qué sirven las Teorías de la Comunicación? Para pensar, para reflexionar, para comprender profundamente nuestro mundo, para, en definitiva, SER UNIVERSITARIOS.
¿Hay alguna utilidad que sea mejor que esa?
Un abrazo!
3 comentarios:
Yo no pienso que la carrera de periodista sea muy técnica, es más me parece demasiado teórica. Por ejemplo, las asignaturas relacionadas con comunicación institucional son tremendamente teóricas y yo me digo una y otra vez: ¡La teoria está muy bien, pero que pasará si algún día tengo que poner en marcha todo esto? Pues pasará que me sabré una bonita teoría pero no tendré ni idea de lo que hay que hacer. Quizá el quid de la cuestión sea la explicación de una teoría que se relacione con la práctica y que sirva de algo, al fin y al cabo. Como estudiante, y desde el btx ya tenia la sensación de ir acumulando cosas en mi cabeza que iban a desaparecer, y en la Universidad sigo teniendo esa sensación, demasiada teoría inconexa con la realidad. Pero vamos, esto son opiniones.
Aquí estoy en desacuerdo con mi amiga Ludovica.
Verás, como mi andadura por el mundo universitario comenzó sin un propósito fijo, mi aspiración era meter todo lo que pudiera en mi cabeza llena de pájaros.
Yo siempre había pensado en la universidad como eso que explicas al principio del post, pero conforme se aceraba el momento de 'enrolarme'en una, me daba la sensación de que era un segundo bachiller tras el que te daban un título con el que podías trabajar.
Nuestra facultad tiene un carácter práctico que sin duda es fenomenal para entrar en el mundo profesional, pero a mí no me sirve; no me sirve porque toda la práctica que aprendo ahora, dentro de dos años estará obsoleta, y tampoco me sirve porque cuando salga de allí, nada ni nadie me garantiza que acabaré trabajando en eso para lo que me preparan.Creo que la práctica siempre se puede aprender, por eso me gustan más las asignaturas en las que tenga que calentarme la cabeza un poquito.
Estoy completamente de acuerdo con María, creo que yo no hubiera podido expresar con palabras más acertadas lo que ella ha señalado en su comentario.
La práctica me dice que trabajando en un periódico aprendí (más o menos) muchos de los "intringulis" prácticos de la profesión (ya sabéis: titulación, reportajes más o menos atractivos, entradillas con gancho etc. etc.).
Ahora bien, para aprender algunos pocos "intringulis" de la investigación en comunicación (teoría), me he tirado años, y todavía "sé que no sé nada".
POr eso, y a pesar de Ludovica, creo que la formación teórica es más "práctica" que la técnica: porque la técnica siempre estás a tiempo de aprenderla. Sin embargo la téorica, una vez abandonada la facultad, no tendrás oportunidad de volver sobre ella.
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