No hay nada como descubrir nuevos autores, nuevos pensamientos, nuevas perspectivas sobre la vida, el hombre, el mundo... Esto es algo maravilloso que me está regalando mi estancia investigadora en la Universidad de Colorado. Así es como ha llegado hasta mí, porque ha sido él el que ha llegado, James W. Carey, quien concibe la comunicación como una manifestación cultural. Es decir, como la comunicación es una realidad simbólica, va a ser un fenómeno hijo de su tiempo (cultural). O lo que es lo mismo, a través de la comunicación "construimos" la cultura en la que vivimos. Comunicación y cultura son, por tanto, dos fenómenos indisociables.
Fue Carey un profesor y teórico que sirvió de fuente de inspiración para todos aquellos que le conocieron. Además, tiene algunas citas que rayan la excelencia, siendo sus escritos de una claridad y un humanismo poético que infunde esperanza y fe en el hombre, a pesar de los pesares.
Corría el año 1991 en la escuela de periodismo de San Petersburgo (The Poynter Institute, Florida) cuando al final de una entrevista, el periodista preguntó a Carey si tenía algunos pensamientos finales. Creo que todos los que hemos hecho una entrevista hemos preguntado esto. Pero creo que pocos habrán escuchado la siguiente respuesta:
"No hay pensamientos finales. Yo cito todo el tiempo estas maravillosas líneas de Kenneth Burke. La vida es conversación. Cuando entramos, cuando llegamos a algún sitio, ya hay algo que marcha, que está funcionando. Lo primero que debemos aprender es que a la hora de nuestra muerte, nosotros estamos reescribiendo nuestra biografía por última vez. Y luego, durante las primeras horas después de nuestra muerte, alguien más reescribe dicha biografía por nosotros -nuestros hijos, esposas, amigos. Recuerdas lo que a él le gustaba, lo que dijo, lo que hizo? En este sentido, la vida es una conversación que constantemente continúa. Nadie tiene la última palabra; no hay pensamientos finales. No hay final para la conversación".
"There are no final thoughts. I quote all the time these wonderful lines of Kenneth Burke. Life is a conversation. When we enter, it´s already going on; we try to catch the drift of it; we exit before it´s over. The first lesson any pragmatist learns is that at the hour of our death we are rewriting our biography for the last time. And then, the first hour into our death someone else rewrites the biography for us -our children, our spouses, our friends. Do you remember what he was like, what he said, what he did?... In that sense life is conversation... that continuously goes on... No one has the last word; there are no final thoughts. There is no end to the conversation".
Communication as culture, 2009, p. IX.
Wow! Qué cara se le quedaría al periodista? La cita es sublime, porque si la vida es conversación, al principio de la vida está la palabra, es decir, lo que funda la existencia, en el origen del mundo lo que hay es comunicación. Acaso no es esto apasionante? Menuda responsabilidad social la que les ha caido encima a los profesionales de la palabra...
Pd. Mis disculpas por mi libre, libérrima, traducción del texto :-)