Esta foto, en flickr
El caso es que, muy a mi pesar, este año me quedo sin congreso AE-IC. Estados Unidos me pilla muy lejos y las nuevas gestiones de mi visado me retienen en el país de Obama. Qué se le va a hacer. Miquel Rodrigo, buena gente donde los haya, defenderá mi paper (abstract) el próximo 3 de febrero dentro de la sección de Teorías y Métodos de Investigación en Comunicación.
La propuesta que presento es un marco teórico general para la investigación en la era digital, marco que concibe a la comunicación como acción ritualística y crítica, por la propia naturaleza de las tecnologías digitales de la información. Lo que planteo es que las dos visiones sobre la comunicación que han dominado nuestro campo (la comunicación como transmisión -funcionalismo- o la comunicación como ritual simbólico -fenomenología-) son herederas de las concepciones acerca del acceso al conocimiento de la filosofía universal. Los antecedentes más directo, son, por supuesto, Descartes y Vico (padre del construccionismo que sería interesante recuperar para la comunicología). Aunque ya en la dualidad platónica y la corporalidad aristotélica podemos ver estas concepciones alternativas.
La cuestión está en que las tecnologías del espíritu dan forma al orden social, produciendo nuevas interacciones, formas lingüísticas, sistemas conceptuales y, en general, articulando una nueva estructura de las relaciones sociales. Y por este carácter que imprimen al orden social, solamente la comunicación como ritual simbólico puede permitirnos dar buena cuenta de los procesos comunicativos contemporáneos.
Esto implica, por ejemplo, que el análisis de los nuevos entornos digitales (con iniciativas tan populares como facebook, twitter, blogger, youtube, etc.) debe hacerse desde la concepción de que las discusiones público-privadas definen y dan forma a un lugar, a un contexto cultural, del que el individuo forma parte. Construyen la sociedad de la información y ayudan a mantener el orden social establecido, por lo que no se trata de meras iniciativas anecdóticas de consumo de tiempo libre, sino de fuentes de generación de flujos simbólicos constructores de la realidad, que están moldeando el momento que nos ha tocado vivir.
¿Y qué tiene que ver la perspectiva crítica en todo esto? Simplemente, el carácter normativo de la propuesta Habermasiana (para el desarrollo del diálogo) puede ser tremendamente útil como vía de intervención en la construcción del diálogo en el entorno digital. Para no quedarnos solamente en el análisis.
Con todo esto, lo que planteo es que desde el investigación en comunicación, debido a las "exigencias" que nos impone el contexto tecnológico, hoy más que nunca se hace necesario la superación del paradigma Cartesiano y la dualidad platónica.
Un saludo a todos!