jueves, agosto 09, 2007

Las masas no se rebelan en verano...

O lo mismo da, "las masas no son para el verano"... El caso es que durante todo el año, constantemente, cansinamente, cuando me encuentro en un atasco, en la cola de la tienda/banco/farmacia, en la sala de espera del hospital/ambulatorio o similar (eso sí, siempre público, que no estamos para seguros privados), me martillea en la cabeza el siguiente texto de Ortega y Gasset (La rebelión de las masas, 1999, p. 74, edit. espasa calpe):

"Yo la denomino el hecho de la aglomeración, del lleno. Las ciudades están llenas de gente. Las casas, llenas de inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes. Los trenes, llenos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Los paseos, llenos de transeúntes. Las salas de médicos famosos, llenas de enfermos. Los espectáculos, como no sean muy extemporáneos, llenos de espectadores. Las playas, llenas de bañistas. Lo que antes no solía ser problema empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio (...) Vemos a la muchedumbre, como tal, posesionada de los locales y utensilios creados por la civilización".

Supongo que si Ortega y Gasset hubiera publicado este texto hoy, habría recibido demandas a diestro y siniestro por todo tipo de colectivos, acusándolo de clasista, aristócrata resentido contra un espíritu democrático que nos permite a todos tener acceso a todo. El filósofo español planteó la masa como una patología social, en la que sus integrantes sólo intervenían violentamente y donde los hombres eran mediocres y cuya rebeldía consistía en un gigantesco problema planteado a la humanidad...

No ahondaré en esta polémica, pues mi espíritu posmoderno me dice que la masa como tal, obviamente, es mucho más manipulable que un indviduo autónomo, pero también es cierto que gracias a la masa hemos alcanzado (al fin) la democratización de la cultura...

BUeno, el caso es que no hay masa en mi ciudad en verano (Murcia capital, 400.000 habitantes, ubicada en el sureste español). No señor. Llevo ya varios días sin rememorar el texto orteguiano, hasta tal punto que casi lo había borrado de mi memoria. Hay gente, sí, pero la justa, ni mucha ni poca. Esto me está dando tanta libertad de movimientos que no quiero ir a la playa, en un acto de rebeldía, que sé que es absurdo, pero así de absurda que es una. Será el calor.

Un saludo a todos!

2 comentarios:

María dijo...

Será. La verdad es que estoy encantada con este verano en la ciudad, algo que no disfrutaba desde pequeña. He recuperado la ilusión de ir a pasar un día de playa, de reencontrarme con la familia, de tomar una buena comida, de que me dé el aire...

¿Dónde he leído este texto antes? ;)

Anónimo dijo...

Realmente obras como la de Ortega y Gasset surgieron de una rancia aristocracia que veía como sus privilegios se repartían. También es cierto que la masa es manipulable, y que un individuo se diluye en la masa, no obstante no podemos olvidar que la obra de Gasset está enmarcada en la década de los años 30 del siglo pasado, coincidiendo con la corriente de pensamiento que otorgaba a los medios de comunicación unos efectos poderosos. Más allá de que Wolf esté o no de acuerdo con esta manera de distribuir las corrientes sobre los pensamientos de la influencia de los medios en la población, es obvio que el tiempo de la obra está totalmente desfasado en cuanto a nuestra época. La brillantez del pensamiento de uno de nuestros mejores autores (que más le valdría haber sido francés o de la barbaría que se prefiera) es innegable. De todos modos es lengua muerta, es sólo base. En los años 30 el concepto de hombre masa alienable es valido desde el supuesto de que el individuo en si también lo es. Teniendo en cuenta que la masa es manipulable por sólo motivos externos olvidamos a Noelle-Neumann y sus motivos internos. La masa se aliena en pos de conseguir una mayor fortaleza. El motivo por el que se da la unión puede estar equivocado o sustraerse de un axioma equivocado. Aun así el poder de la masa, como bien comentas, es indiscutible.

Hoy en día se presupone que el individuo ya no es tan manipulable. El nivel de estudios de nuestra población es cada vez mayor (aunque autores hayan que critiquen que la educación tenga efectos nocivos para el intelecto- en ciertos casos es muy probable-), por lo que se puede decir que el individuo es inteligente. Por lo tanto la masa ya no es una multitud de seres mediocres, sino de señores licenciados. Ya no es el populacho, sino una “gran élite” que ha conseguido ser mayoritaria en nuestro país. ¿Qué sería entonces de este mundo que conocemos si la masa que reconocemos como poderosa llegara un día a ser inteligente?. Seguramente es una utopía, es pura ficción, casi tanto como creer que la mediocridad es mayor en cuanto más repartida se encuentra. Antes sólo habían ciertos cerebros sobresalientes, entre aquellos que podían optar a la excelencia. Los demás eran mediocres. Ahora, (siempre desde un punto de vista subjetivo), simplemente hay más gente que opta.

PD:lo absurdo es tener que poner la toalla en el paseo maritimo, pagar por una tumbona con lo bien que se está en la arena, y ciertos pisos que ya no deberian llevar balcones sino trampolines.