domingo, marzo 16, 2008

Perspectivas en Semana Santa

Es la semana santa una época, en mi caso, cuanto menos curiosa: dado que las procesiones rodean mi casa hasta el "acoso", siempre termino optando en esos días clave (véase miércoles y viernes santo) o por salir de Murcia o por quedarme en casa (si decido trabajar o leer, con tapones antisonido en mis oídos incluidos, puesto que el repique de tambores llega hasta las entrañas de mi morada). O una cosa o la otra, ya que cualquier otra opción representa un suplicio para la que suscribe estas palabras ("¿conseguiré llegar hasta mi casa?" "¿por qué la gente se coloca siempre en los pasos para cruzar la procesión?" por cierto, ¿hay pasos? nunca se les ve cuando más los necesitas" "¿se puede saber cuánto tiempo dura ya el desfile de esta cofradía?" y así un largo etc.). Recuerdo que una amiga siempre me decía que tenía que llamar a su madre para que la ayudara a cruzar la procesión (y lo peor es que la madre, con su santa paciencia, bajaba de su casa a salvar a la hija del jaleo procesional).

Bueno, el caso es que antes de salir de esa olla a presión que es Murcia en miércoles santo (día de la procesión de los coloraos, jornada en la que es una auténtica utopía moverse con libertad por la ciudad) he decidido darle un impulso al libro que estoy escribiendo a cuatro manos con Marta Rizo (de GUCOM) sobre comunicación interpersonal. Copio y pego el arranque del libro (TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN PARA LA BÚSQUEDA DEL ENTENDIMIENTO: LO INTERPERSONAL EN LA VIDA COTIDIANA):

"La razón de ser de esta obra es la de mejorar los procesos comunicativos contemporáneos, la de abogar por el entendimiento en una época posmoderna que ha sido caracterizada por el sin sentido. Creemos que la reflexión teórica y la racionalización de nuestros procesos comunicativos es una excelente manera de llevar a cabo esta empresa, tarea que puede ser cumplida brillantemente por las ciencias de la comunicación. Por eso es el propósito de este libro el acercar el fascinante mundo de las teorías a estudiantes, profesores, investigadores, profesionales de la comunicación y todo aquél que esté interesado en reflexionar sobre cómo nos relacionamos con el mundo y con quiénes habitan en él. Acercar supone reducir distancias y es muy probable que el ámbito más teórico de la comunicación haya sido uno de los que menos puentes ha tendido hacia los otros. Es ésta una interesante paradoja: los comunicólogos no hemos sabido comunicar, en la mayoría de las ocasiones no hemos sabido transmitir el importante papel que desempeña la reflexión teórica en los planes de estudio y, en general, en la comprensión de la realidad y del hombre, como ser comunicativo que es".

Y lo dicho... feliz semana santa a todos

9 comentarios:

María dijo...

Jajaja, es verdad que tu casa se queda encerrada; es como intentar llegar a la mía el día del Bando.

Mira, yo suelo ver casi todas las procesiones (no enteras, por supuesto), así que con el paso de los años, he aprendido muchísimo sobre ellas. Entre otras cosas, me conozco de memoria los mejores sitios para ver cada paso (hay algunos que miran hacia un lado, otros hacia el otro... algunos hay que verlos en calles estrechas y otros en lugares espaciosos...). Por eso, sé dónde te puedes parar y dónde no para no correr el riesgo de quedarte encerrada. Mi hermana, por ejemplo, no soporta venirse conmigo porque me muevo todo el rato y voy: corre corre, que tenemos que llegar a tal calle antes de que llegue este paso!!
Siempre hay una callejuela que te salva...

Ruth dijo...

Jajaja...pues has logrado encontrar un sentido útil a verte arrinconada por procesiones, nazarenos, santos y demás parafernalia!
¡Enhorabuena!
Suerte que tiene una que en su pueblo las procesiones no le pasan muy cerca. Lo que pasa que los ensayos sí que son cerca de mi casa, y ¡estoy de tambores hasta la mismísima raíz del cabello!
En fin, que cada uno tiene lo suyo, y que si no tuviésemos fiestas nos quejaríamos por eso, asi que...¡A disfrutar las fiestas!
Un saludo

Leo García-Jiménez dijo...

María no sabía ese espíritu tuyo procesionista... si me animo algún día te avisaré para que me hagas de lazarillo, jeje.

Tengo que reconocer que ayer pude cruzar... claro que me llamó un amigo y ya dije que naranjas de la china, que lo de cruzar dos veces era demasiado para mí (la gente, con todo el morro, sigue poniendo los carricoches en los pasos para cruzar la procesión... ay! qué suplicio!).

Y sí, es verdad Ruth lo que dices, pero he encontrado una solución para poder disfrutar de las vacaciones sin que quedemos arrinconados en cualquier lugar de la ciudad... Simplemente se trataría de que pusieran menos sillas!!!!!!!!!!!!!!!!! Tan sencillo como eso!!!!!!!!!!!

NO poner sillas en cualquier sitio (he llegado a ver a los estantes haciendo auténticas piruetas para pasar por calles súper estrechas atiborradas de asientos), sino sólo en los que son más amplios (tipo el cardenal Belluga o santo domingo).

Con esto ganaríamos en calidad, porque la gente no iría a la procesión a sentarse para llenar las bolsas de caramelos y monas con huevo duro... Todo el mundo de pie y unos pocos sentados... Aquí echo en falta la solemnidad de las procesiones de Cartagena que casi casi me gustan más que las nuestras (ups! me van a tirar un huevo duro de esos que dan en miércoles santo).

Dicho lo dicho, sé que nunca seré política porque estas medidas mías serían tan impopulares... :-)

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...
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Ruth dijo...

Uy, Leo, ¡creo que por aqui se te ha colado un spam!
A mí me apareció algo así pero en portugués hace poco, y resultó serlo. ¿Quién escribiría en portugués en mi blog? Jajaja!
Yo sólo aviso por si acaso.

Leo García-Jiménez dijo...

Sí, sí, thanks, sí que lo es... Y van dos... Voy a eliminarlo ya, aunque luego puede parecer censura, jeje.

Ruth dijo...

Da igual, yo también tuve que hacerlo en el mío, y no es censura para nada.
En mi blog creo que fueron tres y los tres en portugués.
¡Qué manía me han cogido! Jajaja!
¡Un saludo!

María dijo...

Yo estoy totalmente en contra de las sillas. Recuerdo que cuando era pequeña ponían muchas menos, y tú podías bajarte las de tu casa y sentarte en ellas tranquilamente. Vamos, si me bajo yo una silla y la pongo aquí debajo, por ejemplo en la procesión de ayer... me comen!!!!!